Del consejo editorial

Euroviñeta, pagar para utilizar las carreteras

CARME MIRALLES-GUASCH

Profesora de Geografía Urbana

El pasado 15 de octubre, el Consejo de Transportes de la Unión Europea acordó la tasa de transporte de mercancías por carretera, conocida como euroviñeta. La idea que la sustenta es quien contamina y quien utiliza, paga. En este caso, los camiones de gran tonelaje (más de 3,5 toneladas) que no sean eficientes con el medio ambiente. Unos costes –de contaminación y utilización de las infraestructuras de transporte viario– que, por otra parte, si no los asumen quienes los provocan, los costeamos todos con nuestros impuestos. Dieciocho países europeos, entre ellos Francia, Alemania y Austria, ya lo están aplicando.

Con esta medida, parece que se han puesto de acuerdo en homogeneizar los criterios de costes de utilización y algunas de las externalidades negativas. En total, entre tres y cinco céntimos por kilómetro para aquellos
vehículos pesados que no cumplan el estándar más respetuoso con el medio ambiente. El objetivo es mantener una red viaria que soporta intensidades de tráfico en creciente aumento y un rápido deterioro. En cualquier caso, esta tasa sólo subsanará en parte los costes que provocan.
Sin embargo, y a pesar de lo racional de la medida, España ha estado trabajando en su contra y ha intentado hasta el final que no se aprobara. Incluso, según el ministro de Fomento, España no tiene ningún interés en trasponer la directiva. Los argumentos son geográficos y económicos. Se esgrime que, al ser un país periférico, nuestros trayectos son más largos y pagamos más. Es cierto, pero la tasa es territorial. Todos los camiones que utilicen la red viaria de los 18 países donde esta tasa está implantada tienen que abonarla, sean de donde sean. Nuestros transportistas estarán (y están) costeando las reformas de la red viaria de otros países. En cambio, todos los camiones que utilizan nuestra red viaria, tengan la nacionalidad que tengan, de momento no parece que vayan a sufragar la nuestra. Porque somos un país periférico en lo geográfico y en crisis en lo económico, costearemos la red viaria española con los impuestos de todos. Esto, además de paradójico, es injusto.
Nuestra localización periférica en relación a los transportes de mercancías no se soluciona apeándonos de los acuerdos europeos, sino fomentando un medio de transporte que abarate el desplazamiento, como es el ferrocarril. Lo demás parecen parches a una política de transportes a la deriva.

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