Del consejo editorial

La segunda etapa de la política medioambiental

ALFONSO EGEA DE HARO

Profesor de Ciencia Política

La política medioambiental comenzó siendo la respuesta a las demandas de movimientos sociales y ONG ante las consecuencias negativas que provocaba el sistema económico de producción. Desde la oposición al uso de la energía nuclear a conceptos como el de desarrollo sostenible, en una primera etapa, protección medioambiental y desarrollo económico eran fuerzas contrapuestas. En este momento, los grupos ecologistas se enfrentaban a los escépticos del cambio climático que dudaban de las previsiones catastrofistas de los primeros. En algunos casos estos movimientos pudieron trasladar la demanda social a la arena política, constituyendo partidos que accederían a los parlamentos nacionales e internacionales, caso de la UE.

En la actualidad, el escenario del debate, sus actores principales y los problemas están cambiando. De la contraposición entre modelo económico y protección medioambiental hemos pasado a la "economía verde" o la búsqueda de las fuentes de energía limpia como uno de los pilares para revitalizar la economía. Pero ahora los problemas son también otros. En primer lugar, el denominado efecto rebote por el que la expansión de las tecnologías ecológicas, más eficientes, puede provocar indirectamente un mayor consumo de energía. También, el impacto de algunas tecnologías asociadas a las energías renovables en el consumo de otros recursos naturales, como el agua (necesaria en grandes cantidades para los sistemas de refrigeración). En segundo lugar, la fiscalidad asociada al modelo energético. Finalmente, la creciente nacionalización de las fuentes de energía o de la tecnología para su desarrollo, convertidas en un arma de influencia económica y geopolítica entre los países. Uno de los recientes episodios en el enfrentamiento comercial que mantienen EEUU y China son, precisamente, las ayudas estatales ligadas al desarrollo de la economía verde.
Así, hemos pasado igualmente de un enfrentamiento entre movimientos sociales y gobiernos a otro fundamentalmente entre países. También, las plazas públicas de debate son otras y, junto a Naciones Unidas, la Organización Mundial del Comercio o el G-20 son los nuevos escenarios. Las próximas reuniones tanto del G-20 como de la cumbre de Naciones Unidas sobre el cambio climático programadas para noviembre representarán las dos etapas de la política me-
dioambiental. El mayor riesgo es que estas etapas se desarrollen por separado.

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