Del consejo editorial

Permisos de paternidad: más esperas

JORGE CALERO

Catedrático de Economía Aplicada

Entre los recortes de gasto público que se reflejan en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2011 hay uno que me resulta especialmente doloroso, en tanto que supone una renuncia (al menos temporal) a lo que había sido la piedra angular del discurso elaborado por los Gobiernos de Rodríguez Zapatero y, en cierta medida, de su labor de gobierno: el fomento de condiciones de mayor igualdad en general y, específicamente, de género. Me refiero a los 200 millones de euros que se dejarán de pagar como consecuencia del retraso de la entrada en vigor de la

Ley 9/2009, inicialmente prevista para el 1 de enero de 2011. En esta ley se ampliaban los permisos de paternidad, con carácter voluntario, desde los actuales 13 días hasta cuatro semanas.
El modesto ahorro presupuestario no parece justificar el incumplimiento de un compromiso en un terreno tan crucial para la sostenibilidad de nuestra sociedad. La prolongación de los permisos de paternidad constituye una buena medida para el apoyo a la natalidad. Recordemos, en este sentido, que la crisis ha provocado una contracción adicional del número de nacimientos, partiendo de niveles ya muy bajos: la tasa de fecundidad (número de hijos por mujer) cayó de 1,38 a 1,33 entre 2008 y 2009. Pero los permisos de paternidad contribuyen también a la contención de las desigualdades de género y a la conciliación entre trabajo y familia. El compromiso ahora pospuesto iba, además, en la dirección marcada por el Parlamento Europeo, que aprobó el pasado 20 de octubre una propuesta de directiva por la que se incrementa el permiso de maternidad a 20 semanas y se establece un permiso de paternidad obligatorio de al menos dos semanas. Una vez sea aprobada la directiva, los gobiernos deberán transponerla en el plazo de dos años.
En el mes de agosto supimos que el Gobierno destinó inmediatamente a reducir los recortes de gasto en infraestructuras un ahorro
de 500 millones procedentes de la caída en los tipos de interés a los que se colocó la deuda pública. Quizás la misma rapidez debería aplicarse, en el próximo futuro, para reasignar eventuales (aunque no probables) holguras a cumplir el compromiso de incrementar los permisos de paternidad. Pocas oportunidades mejores tendrá el Gobierno, durante esta legislatura, para recuperar alguna de sus señas de identidad.

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