Catherine Elizabeth Greig es una sesentona, rubia y de ojos azules, presumida y amante de los perros. Dos aficiones que le han costado caras, porque la policía no es tonta. Irá a la cárcel por encubrir a su amante James "Whitey" Bulger, el hombre más buscado por EEUU desde que mataron a Bin Laden. "Whitey" es un mafioso de Boston, con casi dos decenas de asesinatos a la espalda, confidente del FBI, hasta que hace más de tres lustros decidieron detenerle. Un agente le avisó a tiempo y se fugó. Tan de película es el asunto que Scorsese la hizo con Jack Nicholson y ganó tres Oscar, The Departed (Infiltrados).

Era un guión estupendo que ha terminado con algún agujero en la vida real. Decepciona que el capturado "Whitney" tenga 81 años, y no sea el atractivo maduro, con abrigo de cuero negro y sombrero, como le mostraba la foto del FBI; que la clave de la captura hayan sido los vicios de su chica -belleza y perros, no casinos y alcohol- que llevaron a los agentes hasta Santa Mónica,donde vivían desde hace años.

Menos mal que las decepciones se subsanan gracias al FBI, que ha demostrado su eficiencia. Tras dieciséis años, los agentes tuvieron una brillante idea: difundir un anuncio de 30 segundos en la tele. "Ha visto usted a esta mujer", con las fotos de Catherine y sus aficiones. Para completar su agudeza, el Federal Bureau optó por emitir la publicidad en programas y revistas para damas ya entradas en años. ¡Eureka!, en pocos días y por la módica recompensa de dos millones de dólares, han pillado al enemigo número uno de los norteamericanos. ¿Ven como el FBI no es tonto y estamos en buenas manos?