De lunes

Tan lejos, tan cerca

¿A qué distancia estamos de Tokio? preguntan los chicos y los ancianos, siempre más directos y menos pudorosos que los adultos. A unos 10.000 kilómetros. Uf, entonces es muy difícil que nos lleguen la radiactividad o el tsunami.Es la condición humana sin domesticar.

Rápida, llega la conciencia domesticada con el manual de buenas explicaciones: solidaridad, cómo ayudar a millones de sufridos japoneses. Pero lograr que el discurso cale, con esos 10.000 km de por medio, es otro cantar.

Cifras y marcas son un recurso a mano que a veces funciona para mantener la atención del hijo, del padre, del abuelo o de quien sea. "Padre, lo que ha pasado en Japón es tan importante que hoy lunes para la planta de General Motors en Figueruelas. Tiene 7.000 trabajadores. Descansan hoy y el viernes porque falta un componente que se fabrica en Japón".

"Hija, tu máquina Canon, la que pediste por las notas, corre peligro. Una parte importante se fábrica en Japón". "Chico, tu nueva PSP y los juegos no se van a poder comprar. Ya sabes, lo de Japón. Quizá suban de precio y no estamos en situación"."Ah, por cierto, esta Semana Santa, en las vacaciones en Galicia comeremos todo el día pulpo. Ya no se lo podemos vender a los japoneses y será barato."

Y cuando los tienes enganchados por el egoísmo cotidiano, les colocas la banderilla "Y las víctimas superarán las decenas de miles. Miles de niños que ya no verán nunca su PSP ni padres que los llevarán en su Nissan. Y tú eres un privilegiado cretino, que deberías estar pensando en qué hacer para ayudar".

No sé si funciona a la primera, pero para empezar la semana no está mal.

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