Deporte Digital

El críquet, bateado por el terror

El terrorismo internacional contemporáneo no distingue entre sus víctimas, le da igual atentar contra militares, ancianos, niños, policías, médicos... e incluso, como hoy, contra el deporte.

La ciudad paquistaní de Lahore ha revivido la pesadilla que sacudió Bombay en noviembre. Hoy el objetivo no eran hoteles o estaciones de tren, sino jugadores de críquet. Doce terroristas han vuelto a salir de la nada, cargados con mochilas llenas de granadas y armados con fusiles AK 47, y se han puesto a disparar sin piedad contra la comitiva que trasladaba al equipo nacional de Sri Lanka de críquet a disputar un partido contra Pakistán.

Los policías y agentes de seguridad que escoltaban a los deportistas respondieron como pudieron a los terroristas y ocho de ellos lo han pagado con su vida. Varios de los jugadores también han sido heridos de bala.

La similitud de la ejecución asesina con los ataques en India ha desatado las sospechas de que se pueda tratar del mismo grupo terrorista. Por lo menos, cuatro de los matones ya están detenidos.

Desde este blog, no puedo más que condenar el ataque a un deporte que, precisamente, mueve masas de seguidores en las antiguas colonias británicas. India, Pakistán y Sri Lanka, entre otros países, aman con locura el críquet, un deporte que intenta unir sus maltrechas relaciones políticas.

Precisamente, la selección de Sri Lanka había aceptado disputar una serie de partidos en Pakistán después de que India los rechazara tras los atentados de Bombay. Hoy, los políticos ceilaneses y paquistanís se apresuran a lanzar promesas de castigo para los terroristas y gestos de solidaridad entre ellos.

Pero la mirada hacia otro lado y las disputas ridículas entre los gobiernos fortalecen a estas organizaciones asesinas, que ya preparan sus próximos objetivos. Y por lo que se ve, les sale muy barato.

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