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El órdago de Phelps

phelps.jpgLa natación es, junto al atletismo y la gimnasia, uno de los deportes estrella de unos Juegos Olímpicos y los de Pekín pueden pasar a la historia como los Juegos de Michael Phelps.

Este jovenzuelo de 23 años, timidillo, amante del rap y sin grandes dotes de belleza está considerado ya como el mejor nadador de todos los tiempos y dentro de unos días puede lograr todo un hito, colgarse al cuello ocho medallas de oro. Si lo logra superaría las siete medallas que consiguió su compatriota Mark Spitz en los Juegos de Múnich de 1972 y se convertiría en el mejor deportista olímpico de la historia.

Aunque hoy no nos lo podamos creer, el pequeño Phelps tenía pánico al agua, hasta que a los siete años su hermana le obligó a ir a una piscina. De pequeño padecía serios problemas de concentración y su futuro no era muy esperanzador. Pero el agua terminó siendo su mejor aliado a raíz del divorcio de sus padres. En la piscina se refugiaba para no escuchar en su casa las discusiones. Desde entonces no mantiene casi contacto con su padre. A los once años su vida cambió radicalmente al conocer a Bow Bowman, quien le convirtió en el fenómeno que es ahora.

Su carrera ha sido meteórica. Ya hace cuatro años en Atenas logró ocho medallas, pero "sólo" seis fueron de oro. Y el año pasado en los Mundiales de Melbourne ya consiguió siete oros. Pero llega a Pekín a superar esa mítica barrera, aunque sabe que no lo tendrá nada fácil.

Phelps va a competir en los 100 y 200 mariposa, los 200 y 400 estilos, los 200 libre, los 4x100 y los 4x200 metros libre, y los 4x100 estilos en un plazo muy corto de días. Su intención es ganar en todas estas modalidades, algo que muchos, como el ex nadador Ian Thorpe, dudan. Pero lo cierto es que el ‘Tiburón de Baltimore’ está capacitado para hacerlo, más teniendo en cuenta los excelentes trials estadounidenses que ha realizado hace poco.

Spitz, con su famoso bigote, dejó boquiabierto al mundo en la cita alemana de hace 36 años. Pero él logró siete oros en pruebas y distancias similares. Además, compitió en menos carreras y más días de lo que lo va a hacer Phelps. Pero Michael contará en Pekín con dos ventajas que no tuvo Mark. Una es el traje de baño, casi espacial, de Speedo. Compuesto de una sola pieza desde el cuello hasta los tobillos provocó una agria polémica sobre su validez hasta que la FINA lo aprobó. Este traje reduce sensiblemente la fricción del nadador con el agua, lo que aumenta la velocidad y posibilita la consecución de mejores marcas.

El otro elemento a tener en cuenta es el Centro Acuático Nacional, familiarmente llamado "Cubo de Agua", donde se van a disputar las pruebas de natación. Este recinto, una de las joyas tecnológicas de los Juegos, posee unas características que lo hacen idóneo para la pulverización de récords mundiales.

Por tanto, Phelps no sólo está en disposición de vencer en las ocho pruebas sino de batir alguno de los cinco récords mundiales que posee. Sin embargo y como es lógico, en el ‘Cubo de Agua’ no va a nadar solo. Phelps va a tener dura competencia, sobre todo en dos de las pruebas. Una de ellas serán los 400 metros estilos, donde se topará con su amigo y rival Ryan Lochte, también estadounidense. En los trials ambos disputaron una carrera memorable que al final ganó Phelps, pero en Pekín Lochte podría tomarse cumplida venganza. Y el otro gran obstáculo de Phelps será la prueba de los 100 mariposa, donde se tendrá que medir al plusmarquista mundial Ian Crocker.

Lo que está claro es que lo consiga o no, Michael Phelps y la natación centrarán gran parte de la atención deportiva y mediática en estos Juegos Olímpicos. Toca disfrutar, pues.

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