Desde lejos

Adiós a la sostenibilidad

No sé si lo recuerdan, pero hubo un tiempo en el que el presidente Zapatero aparecía públicamente como el adalid de la lucha contra el cambio climático. Entre las muchas ideas y promesas que la crisis se ha llevado por delante, también figura, junto con el recorte de tantos derechos sociales, el respeto al medio ambiente. Las principales organizaciones ecologistas lo pusieron de relieve el pasado lunes: Greenpeace, WWF, Ecologistas en Acción, Amigos de la Tierra y Seo/Bird Life se reunieron para manifestar ante los medios su decepción por la política ambiental del Gobierno en esta segunda legislatura.

El presupuesto destinado a ese objetivo es el que más recortes ha sufrido en estos tiempos, como si la mala situación económica pudiera justificar el abandono del cuidado de nuestro entorno. A la vez, numerosos proyectos despilfarradores e insostenibles han campado por sus respetos en estos años y parecen seguir adelante sin que nada se les oponga: recién terminada la rueda de prensa, se supo que el Ministerio de Medio Ambiente acababa de aprobar la construcción del polémico embalse de Biscarrués en Aragón.
Destinada a los cultivos de regadío de los Monegros, esa presa del río Gállego afectará a una zona de alto interés ecológico. Ni la oposición de los conservacionistas y de buena parte de la población de la zona ni los informes críticos del propio Ministerio de Fomento han podido detener una obra que interesa por razones políticas pero que significa un paso atrás en un camino que muchos creíamos abierto. Por lo que se ve, a río revuelto –y nunca mejor dicho–, ganancia de pescadores.