Desenredando

Una conversación sobre racismo

Soy mujer, soy negra y estoy aquí para compartir contigo mis pensamientos y sentimientos con respecto al racismo. Quiero mantener contigo una conversación sobre racismo. Se me hace necesaria, y creo que a ti también.

Hace poco tiempo charlaba con una amiga muy querida, casi una hermana. Ella me decía: "desde que te conozco, soy mejor persona; porque conocerte me ha permitido revisar muchos comportamientos racistas de los que no era consciente". Oír eso me hizo sentir honrada, por supuesto, y le agradecí que me lo hiciera saber. A continuación me dijo que, desafortunadamente, hay muchas personas que no tienen en su entorno a personas racializadas que les den el toque respecto a sus actitudes racistas; y que entonces quién les corrige. Y por eso estoy aquí. Para darte otro punto de vista, uno que nunca vas a tener sobre el racismo, porque tú, si eres una persona blanca, no vives lo que yo. Por eso quiero compartir contigo lo que vivo, siento y pienso sobre muchas cosas.

Porque es muy fácil decir "yo no soy racista". Lo malo es cuando después le metes un "pero", o desmereces el dolor que me causa una situación de discriminación, o me tocas el pelo, invadiéndome sin permiso.

También es muy fácil erigirse en aliado antirracista, presumir de tus viajes a África, ese gran país, hacerte montones de fotos con niños negros y subirlas a tus redes sociales; sentirte negra por dentro, decir que no ves colores, solo personas; clamar que solo existe una raza, la humana...  y, aún así, no aceptar las llamadas de atención sobre el racismo cuando te las hacen personas racializadas, porque eres tan guay y crees que te has deconstruido tanto, que qué te van a señalar a ti, si ya lo sabes todo sobre racismo... como sobre feminismo (guiño, codazo).

Porque es muy fácil decir "yo no soy racista". Lo malo es cuando después le metes un "pero"

A mí me preocupa La Gente que cree saberlo todo y que no acepta las aportaciones de los demás. Y si, además de no aceptarlas, las menosprecian, no es que me preocupen: es que me dan miedo directamente. Así que yo te invito a que abras la mente mientras dure esta conversación sobre racismo que empezamos hoy. Que abras la mente y que empatices.  Que empatices y que te revises. Que revises tus privilegios antes de aludir a mi victimismo y a mi piel fina ante según qué temas. Que la piel la tengo suave, sí, pero la tengo curtida.

Le preguntaron a Morgan Freeman cómo acabar con el racismo en una entrevista y dijo "¿Cómo terminamos con el racismo? Yo voy a dejar de llamarte hombre blanco y voy a pedirte que dejes de llamarme hombre negro". Chimpún. Y se quedó tan ancho. Pues mira, no.

No creo que el racismo se acabe simplemente porque dejes de llamarme mujer negra y ya está. Ahí Freeman, en mi opinión se equivocó lo más grande, con lo que eso supone tratándose de una persona tan mediática. Sus declaraciones legitiman a todas esas personas que creen que #LoDelRacismo está superado y que hay que pasar página.

No, no hay que pasar página porque hay más cosas. Hay que hablar sobre racismo y mucho. Y ahora, por fin, las personas que vivimos  el racismo, sus opresiones y discriminaciones en nuestro día a día, podemos hablar. No me gusta decir eso de que "tenemos voz", porque voz la hemos tenido siempre, aunque o no se nos dejaba hablar, o eran otras personas (que no vivían el racismo en primera persona) quienes hablaban, y eso hacía que no se nos escuchara.

Tengamos una conversación sobre racismo.
Foto de Sol Bela Mele.

Hay que hablar sobre racismo. No me voy a cansar de repetirlo.

Hace un tiempo vi una imagen en una cuenta de instagram que decía:

Do you really have black friends? If none of your black friends have ever had an honest, unashamed, unflinchingly real conversation with you about race and how it affects them in their daily lives, then you do not have black friends. You just know some black people.

Traduzco por si acaso:

¿Tienes, realmente, amigos negros? Si ninguno de tus amigos negros ha tenido jamás una conversación honesta, sin avergonzarse y sin inmutarse contigo sobre raza y sobre como le afecta en su vida diaria, entonces no tienes amigos negros. Solo conoces a algunas personas negras.

No soy tu amiga, es verdad. Y no hace falta que lo seamos; pero vamos a darnos la oportunidad de tener esa conversación honesta sobre racismo en la que desenredemos este embrollo. Una conversación en la que yo no tenga que avergonzarme de decirte lo que pienso y siento, y en la que tú tengas la predisposición de escuchar, libre de prejuicios, cosas que te removerán, pero que tengo la certeza de que nos harán crecer y ser personas un poco mejores.

¿Hablamos?

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