Desenredando

¿Solo existe una raza?

"Solo existe una raza: la humana". Me dicen a menudo.

¿Es acertada la afirmación o no lo es? Bueno, como decía Pau Donés en Jarabe de palo, depende. ¿De qué depende? Pues de lo que te voy a explicar ahora sobre el contexto en el que se use la palabra. Vamos a si hoy desenredamos un poco el follón que supone usar esta frase.

Hace un tiempo, una persona respondía a un tuit mío en el que hablaba sobre las razas matizando en estos términos.

"Color de la piel. No existen las razas".

Veamos, biológicamente las razas no existen, en eso estoy de acuerdo. Sin embargo, la racialización es una construcción social, un invento del ser humano. Del hombre blanco europeo, para concretar más. En ese invento, las razas existen como posición sociopolítica, como una forma de estar en el mundo. Según esta categorización unas personas (blancas) se sitúan en un nivel de superioridad frente a otras personas (africanas, gitanas, latinas, asiáticas, árabes). Y esta categorización supone una ventajas y privilegios para las personas blancas, que son las que parten la pana, y unos perjuicios para el resto de personas. Esos perjuicios se manifiestan en forma de opresiones de muchos tipos: falta de acceso a recursos económicos, escasa representación en multitud de ámbitos (política, historia, educación), discriminación y prejucios.

La racialización supone una serie de desventajas para unas personas, las racializadas, y el privilegio de no sufrirlas y de ejercer (consciente o inconscientemente) formas de opresión y discriminación para otras personas (las blancas).

Por lo tanto, como la biología no es lo que mueve nuestras vidas, sino nuestro entorno social, político y económico, la racialización es un factor importante para un conjunto muy elevado de personas en este mundo. Piénsalo un momento.

Y, pese a todo esto, pese a las desigualdades que esta construcción social genera, una parte importante de personas blancas considera que estamos en una especie de era post racial en la que hemos dejado atrás el racismo y, mira, desfortunadamente, estamos bastante lejos de eso (y menos con la que se nos viene encima a nivel político).

Parece que reconocer que solo hay una raza, o que lo de obviar el color de las personas es una de las máximas expresiones de la tolerancia, la integración y el antirracismo.

Frases del tipo "yo no veo colores, veo personas", "solo existe una raza: la humana", suelen aparecer en boca de personas blancas en conversaciones acerca del racismo. Aparecen en ese momento en el que la persona blanca empieza a sentirse interpelada y removida. Y, en ese instante, como un resorte, empujadas por la fragilidad blanca, lo dicen: "solo hay una raza: la humana".

Hace apenas unas semanas, veía en redes sociales, la última vuelta de tuerca de este tipo de expresiones. Se trataba de una  imagen en la que aparecía un bebé blanco en brazos de una mujer negra. El bebé blanco tomaba leche del pecho de la mujer negra. La frase decía: "Toda la leche es blanca. Toda la sangre es roja".

Insisto: muchas personas creen que decir una frase como esta es de muy aliado y mucho aliado. Parece que reconocer que solo hay una raza, o que lo de obviar el color de las personas es una de las máximas expresiones de la tolerancia, la integración y el antirracismo. Pero la verdad es que no. Si no ves razas, tampoco ves racismo. Y si es así, tenemos un problema.

Primero, porque al decir algo como eso, sin saberlo, dejas muy clara tu posición en el mundo. Una posición privilegiada que vive en una sociedad mayoritariamente blanca y en la cual tu color, que coincide con el de la mayoría de las personas con las que te relacionas, no es importante. Esa sociedad está hecha por y para ti, y por y para personas como tú. De verdad que sería genial que las razas -como construcción social, política y económica, que es lo que nos incumbe ahora- no importasen. Ojalá yo no tuviese que estar desenredando esta frase, de verdad. Ojalá el color de las personas no importase; pero es que no es así.

Personas con ojos vendados
Fuente: Flowchainsensei

Segundo, porque si no ves las razas y, por lo tanto, no ves el racismo, ¿cómo vas a luchar contra él? Si no ves las razas y no eres consciente de las desigualdades que genera, puede que, sin saberlo, estés perpetuando conductas racistas.

Las razas existen, igual que los colores. Y así como nos han metido en la cabeza que ver el color de las personas (no blancas) es malo, nos han convencido de que lo de creer que hay una sola raza es muy moderno; pero eso al final es otra forma más de escurrir el bulto, de evitar Una Conversación en Profundidad Sobre el Racismo, y de menospreciar y negar que la racialización es fuente de discriminación para muchas personas.

Lo voy a repetir de nuevo: no hay nada de malo en reconocer que existen las razas (o personas de diferentes colores). El problema aparece si vas a tratar de forma discriminatoria a las personas cuyo color no quieres ver.

Es por esto por lo que me parece desacertado que una persona blanca, desde su posición, le diga a una persona racializada que las razas no existen. La posición que se tiene desde la blanquitud, desde ese andar por la vida con la tranquilidad de que su color de piel hace match con el color de la piel de quien domina el mundo. La racialización limita y coarta incluso los derechos más básicos de muchas personas; y si esas personas, además, tienen experiencia migratoria, ya ni te cuento.

Después de esta lectura, no sé si tu percecpción sobre la existencia de las razas se habrá modificado o no; pero yo, como persona que, precisamente por la existencia de las razas vive situaciones racistas con cotidianeidad, no voy a decir que no existen.

Más Noticias