Dominio público

Es hora de que los Estados Miembros pongan el dinero que exigen

Ernest Maragall

Indrek Tarand, Sven Giegold, Heidi Hautala, , Helga Trüpel, Monika VanaDiputados del Grupo Verdes / Alianza Libre Europea en el Parlamento Europeo

Indrek Tarand, Sven Giegold, Heidi Hautala, Ernest Maragall, Helga Trüpel, Monika Vana
Diputados del Grupo Verdes / Alianza Libre Europea en el Parlamento Europeo

Durante los últimos años, el presupuesto de la UE se ha visto estrangulado por discusiones absurdas entre los Estados miembros en lugar de ocuparse de lo que importa: la financiación de la economía real, el apoyo de los proyectos concretos y la creación de puestos de trabajo sostenibles. Para cualquier presupuesto, el tamaño es importante, la calidad es la clave y el desembolso es crucial. Y a nivel europeo han fallado los tres elementos.

Los Estados miembros de la Unión Europea están llevando a cabo cada vez más proyectos financiados por la UE en el ámbito regional, nacional, europeo o incluso internacional, pero al mismo tiempo recortan el presupuesto de la UE. Piden más valor añadido del presupuesto de la UE y adoptan reformas que lo recortan. Y lo que es peor, ni siquiera hacen los desembolsos necesarios para hacer frente a los compromisos adquiridos con todos aquellos que han llevado a cabo los proyectos contratados.

El año 2013, un nivel sin precedentes de proyectos de los fondos estructurales, por un valor de 23.400 millones de euros, no se han pagado a las autoridades regionales y locales porque los Estados miembros se negaron a entregar a tiempo los medios financieros necesarios. Peor aún, el nivel acumulado de las facturas pendientes de pago, que puede ser considerada como una deuda oculta de la UE, está hoy en nivel histórico de 221.700.000 euros, lo que corresponde a más de 1,5 veces el presupuesto de la UE. Y si no se hace nada con rapidez para resolverlo, el importe de las facturas pendientes de pago seguirá creciendo en los próximos años.

Es hora de que los Estados miembros comprendan que no se trata de un asunto de Bruselas y la llamada burocracia de la UE, sino que se trata de su propia credibilidad ante sus ciudadanos.

Sin cobrar lo que se les debe, las autoridades regionales y locales no pueden invertir, los hospitales no pueden pagar sus obligaciones sociales, las ONG no pueden evitar el debilitamiento de la sociedad civil, los programas de desarrollo en los países más pobres del mundo no pueden impedir que se pongan vidas en peligro, pequeñas y medianas empresas pueden verse abocadas a la quiebra y a destruir más puestos de trabajo, aumentando aún más la tasa de paro, y los estudiantes pueden quedarse sin recibir una beca Erasmus para estudiar en el extranjero.

La situación se ha vuelto crítica y ha llegado el momento de que el Parlamento Europeo adopte una posición clara y alerte de este efecto "bola de nieve". El comportamiento de los Estados miembros es totalmente inaceptable e irresponsable. La UE tiene que cumplir con sus compromisos anteriores; se trata de una cuestión de credibilidad y confianza. No hay confianza y sin credibilidad; y no hay credibilidad sin respetar los compromisos.

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