Dominio público

La ola de destrucción de empleo continúa en el sector financiero

Roberto Tornamira Sánchez

Responsable del sector Financiero, Seguros y Oficinas de UGT

Aun no disponemos de los datos de 2018, pero con los de 2017 cerrados, en España se han destruido desde la crisis 95.211 empleos, un 34,21% de los puestos de trabajo en el conjunto de empresas del sector financiero: Banca, Cajas de ahorro (hoy transformadas en bancos) y Sociedades Cooperativas de Crédito (Cajas Rurales). Con datos tomados de los anuarios editados de las tres patronales sectoriales, en 2008 el sector ocupaba a 278.301 trabajadores y trabajadoras, mientras que a cierre de 2017 había 183.090.

Varias oficinas bancarias en una calle de Madrid. REUTERS
Varias oficinas bancarias en una calle de Madrid. REUTERS

Respecto a la involución de oficinas, en números relativos la destrucción es aún mayor: mientras que en 2008 había 45.662 oficinas en España, a cierre de datos de 2017 quedaban 27.355. Es decir que se han cerrado 18.307, un 40,09%. La consecuencia es una galopante exclusión financiera, el 50% de los municipios del estado español sin servicio bancario.

El "tsunami" continúa. A expensas de sumar los datos de 2018: el ERE de Banco de Santander en servicios centrales, que afectó a 1.100 empleos y el de Bankia-BMN que afectó a unos 2.000 empleos y algún otro proceso más. En lo que va de año 2019 tenemos sobre la mesa las pretensiones de Caixabank, Unicaja y Santander (este último, según dice la prensa económica), que suman otros 6.000 puestos de trabajo en riesgo cierto.

Frente a estas cifras absolutamente nefastas para el empleo y para la mayoría de la sociedad, tenemos los datos de beneficios en 2018, de las 6 primeras entidades del sector por volumen de negocio: Santander, BBVA, Caixabank, Bankia, Sabadell y Bankinter, que han declarado 16.676 millones de euros de beneficios, con incrementos de dos dígitos sobre los obtenidos en 2017, cifras que contrastan con el ínfimo incremento de los salarios.

Para justificar esta ola de destrucción, no se debe apelar a la crisis ni a la situación del mercado, salvo que quienes lo hagan sea para mentir. Apoyo esta afirmación en los salarios de los miembros de los consejos de administración de las empresas Ibex, cuyas retribuciones han crecido en el periodo 2014-2017 un 43%, un 10,75% de media anual, siendo el sueldo medio de los principales directivos del Ibex, en 2017, de 3,11 millones de euros anuales, con un incremento del 12,3% respecto al ejercicio 2016. Cifras que se tornan insultantes cuando les escuchamos clamar contra la subida del SMI o contra la revalorización de las Pensiones públicas en función del IPC.

Hay que decir basta ya a esta dinámica. Los trabajadores y trabajadoras del sector tienen que tomar conciencia de la situación y revelarse con nosotros, los sindicatos. Pero la sociedad también tiene que decir basta ya: el Gobierno y las instituciones del Estado deben intervenir en el oligopolio financiero que se ha creado delante de sus narices. La clientela, mayoritariamente no inversora, tiene que revelarse ante el abuso, incluso maltrato, que llevan tiempo recibiendo de las grandes entidades financieras, que no de los trabajadores y trabajadoras bancarios.

La banca ha dejado de ser un servicio a la sociedad para convertirse en exclusiva en un servicio al servicio de quienes tienen capacidad de inversión, que no son más que una minoría social.

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