Dominio público

¿Qué necesitamos para pasar a la fase 1 en la Comunidad de Madrid?

Mercedes Martinez Cortes

Asociacion Madrileña de Salud Publica

Tubos con muestras para análisis. EFE
Tubos con muestras para análisis. EFE

Después de la conmoción causada por la dimisión de la Directora General de Salud Pública, las dudas surgen en los grupos de whatsap y en las conversaciones al vuelo que podemos oír en la cola del supermercado.  Me preguntan muchos amigos: "tú, que te dedicas a esto, ¿qué opinas?"

Me salta una respuesta automática: necesitamos lo mismo que hubiéramos necesitado para detener la propagación del coronavirus en nuestra comunidad en los primeros momentos. Mucho se ha hablado del colapso del sistema sanitario, del déficit de material de protección, de la falta de respiradores. Pero luchar contra la transmisión de un virus en la población no se consigue solamente con buenos hospitales, por muy necesarios que sean. Cada enfermo de COVID19 que llega a una UCI representa un número difícil de estimar, pero importante en cualquier caso, de personas contagiadas; es decir, un fallo de la salud pública. El tsunami ha llegado a las UCIs porque han fallado las barreras de contención de la atención primaria y la salud pública; ha faltado algo fundamental: el aviso de los centinelas, que son los sistemas de Vigilancia Epidemiológica.

Podemos estar de acuerdo en que ha fallado la salud pública, pero ¿qué salud pública? ¿De qué estamos hablando en realidad? ¿Hablamos de epidemiólogos? Epidemiólogo, según la RAE, es el especialista en Epidemiología; la Epidemiologia, el tratado de las epidemias. ¿Saben cuántos epidemiólogos trabajan en la Consejería de Sanidad? Haciendo un cálculo muy generoso, incluyendo profesionales con esa formación, pero que habitualmente se dedican a otras tareas,  son alrededor de 60; es decir, 1 por cada 100.000 madrileños. ¿Saben cuántos epidemiólogos se han contratado en la Comunidad de Madrid durante las semanas más duras de la pandemia? La respuesta es: ninguno.

Mucho se habla en esta etapa de los rastreadores de contactos, incluso la Asociación Española de Detectives Privados se ha ofrecido para realizar esta tarea, pero de lo que se está hablando en realidad es de la primera lección de la epidemiología de las enfermedades transmisibles. De lo que los epidemiólogos saben hacer y hacen en cada brote de sarampión, de meningitis o de tuberculosis para que estas enfermedades estén controladas en nuestra comunidad. Por poner un ejemplo, el plan de desescalada de Escocia, con una población similar a la  Comunidad de Madrid, plantea contratar 2000 personas formadas específicamente para llevar a cabo la identificación y seguimiento de los contactos.

Quiero volver a la pregunta que me hacen mis amigos: "¿y tú qué opinas?" ¿Ustedes se imaginan que alguien le pida a un cirujano su opinión sobre si un riñón debe operarse por delante o por detrás, o a los tertulianos debatiendo si es mejor una ecografía o un TAC? La clave es que las medidas de salud pública se consideran una simple cuestión de opinión. Todo el mundo habla de los materiales que tenemos que comprar en esta crisis, pero poco se habla del saber especifico de la epidemiologia y de los profesionales que son necesarios.

El requisito más comentado en los medios de comunicación para pasar a la fase 1 es tener suficientes camas de UCI, como si se diera  por supuesto un nuevo fracaso de la salud pública. Como si no pudiéramos evitar que el tsunami llegue hasta los hospitales y por desgracia hasta los cementerios, en el caso de que vuelva a producirse una amplia transmisión comunitaria.

¿Qué necesitamos en Madrid para pasar a la fase 1? Hacer un muro de contención alrededor de cada nuevo caso de coronavirus, aislándolo a él y a todos sus contactos, pero no tenemos suficientes profesionales de los que saben y pueden hacerlo. La epidemiología ni está ni se la espera, de momento.

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