Dominio público

Pero criatura… ¿dónde ibas?

Beatriz Gimeno

Diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid. Exdirectora del Instituto de la Mujer y del área de Igualdad de Podemos en la Comunidad de Madrid

Pero criatura… ¿dónde ibas?
Pablo Casado, en una sesión de control en el Congreso de los Diputados.- Eduardo Parra / Europa Press

Desde que comenzó el affaire Casado se me vino a la cabeza una frase que mi abuela me decía cuando me veía muy sobrada y sabía que me iba a estampar contra el suelo o contra lo que fuera:  "Pero, criatura, ¿dónde vas?" Mi abuela se la hubiera dicho estos días a Pablo Casado. ¿En qué universo paralelo creía Casado que vivía si pensaba que podía salir esgrimiendo la falta de ética para hacer caer a un cargo del PP? ¿En qué universo paralelo vivía si pensaba que un llamamiento moral iba a poner a los militantes a su favor? ¿Y dónde vivía si no se daba cuenta que estaba firmando su sentencia de muerte política? Por dios, ¿quién asesoraba a este muchacho?

El Partido Popular es genéticamente corrupto y denunciar la corrupción de un alto cargo desde dentro es, simplemente, absurdo. Ahora mismo, hay sospechas de (presunta) corrupción sobre muchos de los presidentes de CC.AA del PP que hoy piden la cabeza de Casado. Pero si hablamos de ética, como hizo él, la cosa pierde cualquier sentido. O cambiamos lo que la humanidad, por ahora, entiende por ética o es difícil defender que los partidos de derechas de hoy busquen nada parecido al bien común. Adam Smith sería considerado un peligroso izquierdista hoy día.

Si alguna vez hubo una derecha democrática y liberal fue arrasada por el neoliberalismo.  Los partidos de derechas hoy tienen como objetivo gobernar para favorecer a los grandes capitales, esto es: privatizar lo público y hacer negocio con ello (mejor sus familiares y amigos), rebajar al máximo los impuestos y favorecer que los capitales se puedan poner a resguardo de cualquier control. Hay momentos históricos en que pueden hacerlo más y otros en que tienen que plegarse a más controles y diferentes repartos del poder. Pero esto es lo que hacen.  Y todo se agrava si hablamos de la derecha española, franquista sin redimirse. En España, la derecha es demócrata cuando no tiene más remedio y menos demócrata cuando se lo puede permitir; cumple la ley cuando no hay más remedio y la esquiva cuando puede. Y para cumplir esos objetivos hace prácticamente lo que sea excepto tomar al asalto el capitolio... hasta ahora.

Con la información que tenemos ahora mismo, Ayuso no perdió ni una semana desde que tuvo mayoría absoluta en comenzar una frenética carrera para enriquecer (presuntamente) a toda su familia y amigos. Hacer un recuento detallado no sirve da nada, igual que de nada ha servido todo lo que se ha publicado; nada de esto es un secreto. Libró a sus padres de un crédito con una empresa semipública y además, el crédito fue una estafa en sí. Después  ha aprovechado la pandemia, mientras morían miles de ancianos, para hacer contratos sin publicidad, de los llamados de emergencia, que le han permitido repartir euros a diestro y siniestro a la parentela y amistades, todo presunto. Por cierto, emergencia la que había en las residencias, pero de esa no tuvo tiempo de ocuparse. De paso -y aprovechando la pandemia también, "vació" la atención primaria,  y la sanidad pública en general, así como la educación infantil,  (la educación pública en general). La fiscalía no ha visto ningún delito y "sus" medios la han convertido en La Dolorosa. A ver quién gana eso. ¡Y a Casado se le ocurre mencionar la ética! Ahí murieron muchos  gatitos.

En fin, Feijóo y unos misteriosos dosieres y contratos a sus familiares y Mañueco que se reunió con el portavoz del PSOE y cuando este mencionó la palabra "corrupción" le dio un calambre y terminó la reunión abruptamente. Parece que hay unos contratillos por medio. Todo presunto. Pero pensemos en los miles de cargos del PP que hay por ahí y que no faltan -desde luego que no- a la ética: todo tipo de concejales de urbanismo, cientos de diputados autonómicos, cargos en las diputaciones (donde casi nada se ve), cargos de todo tipo en gobiernos de todo tipo.: recalificaciones, contratos menores, contratos de emergencia, privatizaciones de todo... Mucha ética para tanto cargo.

Finalmente, a Pablo Casado le mataron, metafóricamente hablando, entre todos, incluyendo a los más cercanos. Ay, qué criatura, todo por la ética. Me temo, que eso sólo lo creería mi abuela, que era buenísima persona. Fue una lucha de poder en la que todos se lo jugaban todo. En la que sobraba él porque cometió el peor pecado: se le ocurrió desnudar a Isabel Díaz Ayuso ante los suyos; que una cosa es que esto lo publique la prensa de izquierdas y otra cosa es decirlo de manera que te tengan que escuchar los tuyos. Perro no come perro. ¿A quién se le ocurre?

El día en que en Génova se manifestaban 3000 personas contra la ética y a favor de la corrupción, había manifestantes en Sol a favor de la Sanidad Pública (de todos para todas); exigiendo que la luz vuelva a la Cañada Real, donde miles de niños han pasado el invierno a oscuras porque Ayuso querrá un contrato sustancioso con alguien; y en Delicias reivindicando un barrio con dotaciones públicas; un barrio que sea vivible para los vecinos y vecinas.  Adivinen dónde estaban los medios ese día y qué copó las noticias. Decir esto no sirve de nada porque nos lo decimos a nosotras mismas, a los que ya conocemos de qué va esto. Y puede que sea contraproducente porque, sí ya sé, no da votos. Me lo han explicado. En fin, las estrategias se las dejo a los estrategas. Yo sólo hablo de la ética.

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