Dominio público

Adiós a Juan Diego, el actor que quiso transformar el mundo

María Botto

Actriz

Adiós a Juan Diego, el actor que quiso transformar el mundo
Fotografía de archivo del 12 de marzo de 2018 del actor Juan Diego que ha fallecido este jueves a los 79 años de edad. EFE/JuanJo Martín

Hoy he llegado a casa después de mi jornada de trabajo. No sabia nada, pero la mirada de mi pareja lo ha dicho todo. Conozco esa mirada.

- "¿Quién nos ha dejado?", he preguntado.

- "Juan Diego", ha respondido.

Y mis recuerdos han empezado a emerger. Conocí a Juan Diego en el rodaje de la película María Querida, de Jose Luis García Sánchez. Allí se juntaron dos personas que serían muy importantes para mí, Pilar Bardem y él.

Juan Diego era pura energía y proselitismo. Era de la vieja escuela de la vida, sus ojos habían visto mucho y su cuerpo había vivido otro tanto para saber que no había tiempo para medias tintas. Era pasional en las discusiones y un obsesivo de su trabajo. No se podía parar hasta que una escena no tuviera sentido. Hasta que no saliera la verdad en cada una de sus palabras. Le iba la vida en ello. Le iba la dignidad. Porque quien no dignifica su trabajo no merece llamarse actor.

Eso recuerdo de él. Un actor. Un actor con mayúsculas. Un hombre que entregó el alma a esta profesión, a veces traicionera, pero siempre estimulante. Él sabía lo que era el dolor, las penurias y también sabía que los buenos momentos hay que agarrarlos al vuelo, sin dudar, y así era como trabajaba, poniendo las entrañas y el pensamiento. Todo entero. Pensamiento y corazón. Con integridad.

Así era Juan Diego. Era un ser humano íntegro que tenía muy claro que los derechos hay que lucharlos. Todos los días. Él iba donde hiciera falta y donde le necesitaran. Prestaba su voz para defender las pensiones o para luchar contra la guerra, la misma voz que hacía tambalear teatros y que se le fue escapando poco a poco.

Nos regaló todo lo que un actor puede regalar: partes de él en cada interpretación, en cada acto reivindicativo. Lo recuerdo exprimiendo cada segundo, como si bebiese la existencia a tragos. Mañana no existe. Existe el ahora.

Perdemos mucho hoy, pierde la escena española, pierde el cine y la televisión. Pero, sobre todo, perdemos a un ser humano extraordinario que quería transformar este mundo y hacerlo un poco mejor.

Hasta siempre Juan Diego.

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