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Macbeth en Ferraz

Sato Díaz

Jefe de Política en 'Público'

Macbeth en Ferraz
El PSOE celebra el Comité Federal en Ferraz presidido por Pedro Sánchez. / Jesús Hellín (Europa Press)

Uno de los momentos más escalofriantes de Macbeth sucede en el Acto III, cuando el espectro de Banquo, recién asesinado por el rey Macbeth, se aparece en el banquete a dialogar con él. La tragedia de Shakespeare refleja como ninguna la ambición por el poder y cómo esta arrincona cualquier ápice de humanidad. Sí, Macbeth muestra arrepentimiento en algún momento, pero la codicia vence hasta el trágico destino previsto. El pasado regresa a la mente del protagonismo cada cierto tiempo para helarle el corazón, para recordarle los hados que unas brujas le dijeron una vez en un bosque y que no era más que la descripción de su propia muerte.

En la actualidad deberíamos leer más a Shakespeare, tal vez así podríamos llegar a comprender algunos de los personajes principales de nuestra tragedia política. Hoy, Macbeth está en Ferraz, por los pasillos de la sede socialista lleva caminando unos cuantos años como si de otro personaje shakespeariano se tratara: Hamlet cuestionándose si ser o si no ser. No hace mucho, al enloquecido personaje también se le vio deambulando por la calle Génova, donde nadie recuerda ya a Pablo Casado. Y esta misma semana, el bardo de Avon se ha inspirado en los pasillos del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. La imagen de Lady Macbeth, incapaz de limpiarse la sangre que mancha sus manos, es también muy sugerente horas después de que la ministra Ione Belarra se quitara de encima a Enrique Santiago como secretario de Estado para darle el puesto a una de las suyas, Lilith Vestrynge.

Este sábado se celebra un importante Comité Federal del PSOE, al cual Pedro Sánchez ya llega con los asesinatos hechos para menos gloria de Manuel Vázquez Montalbán. Héctor Gómez ya no es ni una sombra en el Congreso ni Felipe Sicilia en la sala de prensa de Ferraz. Y, sin embargo, lo que más llama la atención es la estruendosa marcha de Adriana Lastra, ya está claro que se marchó para que no la largaran, para que no lo hiciera aquel que estuvo moribundo tras otro Comité Federal precisamente, el del 1 de octubre del 2016. Moribundo estuvo y resucitó, gracias a un puñado de soldados que se empeñaron en llevarle en volandas cuando ni caminaba, Pedro Sánchez.

De aquel grupo quedan muy pocos: Santos Cerdán, Margarita Robles (desde fuera del partido), Félix Bolaños, Cristina Narbona, Miquel Iceta, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, Iratxe García... De los cuales solo Cerdán fue del núcleo más próximo a la resurrección de Sánchez. Los demás han caído en batalla en sucesivos actos, en manos del propio protagonista: José Luis Ábalos, Carmen Calvo, Iván Redondo (también ajeno a la militancia socialista), Adriana Lastra, Juan Manuel Serrano...

Las estampas de aquel mes de mayo de 2017 en el que los héroes que habían desafiado a los dioses se hicieron con el PSOE parecen lejanas. Las fotos mostraban sonrisas, camaradería. La tragedia todo lo enturbia y lo retuerce. Quizás, como Macbeth queda señalado por la maldición de las brujas al principio de la trama, los fieles 'sanchistas' también quedaron marcados. Han pasado cinco años de aquello, cuatro desde que Mariano Rajoy saliera de Moncloa empujado por una moción de censura que cambió el rumbo político del país. Sánchez llegaba a la Presidencia del Gobierno y tenía, todavía, a buena parte del PSOE en contra.

El pasado siempre vuelve como motor para la acción dramática. Así, el año pasado, el presidente regresaba a sus inicios para recoger a dos de sus más íntimos amigos del partido que, también por la ambición que ciega a Macbeth, le habían traicionado tras el fatídico Comité Federal del primero de octubre del 2016. Tras la gran remodelación del Gobierno de julio del 2021, en otoño, tanto Antonio Hernando, que se alejaba de las tertulias de los platós televisivos, como Óscar López, que pasó su travesía en el desierto como presidente de Paradores, se instalaron en el complejo de la Moncloa para dirigir el gabinete de la Presidencia del Gobierno.

Los tres, los otrora llamados 'los chicos de Blanco', habían desarrollado la vida política en el partido unidos hasta que Hernando se olvidó de la amistad para trabajar en favor de la gestora que expulsó al secretario general del despacho noble de Ferraz. López, por su parte, se alineó con Patxi López, quien disputaría las primarias a Sánchez y a Susana Díaz. Un Patxi López que regresa a la primera línea política como portavoz del Congreso. Pilar Alegría, quien se reconcilió con el 'sanchismo' tras las municipales del 2019, es la nueva portavoz del partido. La relación del presidente con María Jesús Montero ha sido muy fructífera en los últimos años. La andaluza ha ejercido como portavoz del Gobierno y mantiene su responsabilidad al frente del ministerio de Hacienda, aunque fuera un apoyo de Díaz en la batalla interna del 2017. Hoy es la 'número dos' del PSOE.

Sánchez abre algunas heridas y cierra otras. Juega con el pasado, el presente y el futuro del PSOE según su conveniencia como secretario general (el beneficio interno que consiga) y presidente del Gobierno. El personaje que siempre sobrevive, como buen héroe trágico, hasta el final dibuja ya la próxima batalla. En el Comité Federal de este sábado ha apretado el botón que pone en marcha al PSOE como maquinaria de guerra electoral. Si nada se precipita, elecciones municipales y autonómicas en mayo del año que viene y a finales del 2023, las generales. Cerdán, a quien algunas quinielas de los últimos días le daban también fuera del aparato socialista por su duradero enfrentamiento con Lastra, tiene la ingente tarea de construir miles de listas electorales en el próximo año, para lo que contará con el apoyo de su nuevo adjunto, Juanfran Serrano.

El PP vive un momento dorado en las encuestas, y tras la abultada victoria de Juan Manuel Moreno Bonilla en Andalucía, pero a Sánchez no se le puede dar por muerto. 'Socialdemocracia' fue la palabra del 40 Congreso del PSOE celebrado el pasado mes de octubre en València. Para los próximos meses, el presidente del Gobierno no oculta que pretende ensalzar su figura disputando en el escenario europeo la pelea energética y de los precios. Enarbolará la batalla ecologista en un momento en el que la emergencia climática mantiene al país en llamas y a altas temperaturas. Y una idea: 'clase media trabajadora'. A ella quiere seducir en el complejo contexto económico actual para que deposite en él su confianza en las urnas. La ambición mueve a los líderes políticos, y Pedro Sánchez arranca un nuevo acto en la obra. Macbeth sigue en Ferraz.

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