Dominio público

Sainete de la dura vida del rico y su sirviente

Ana Pardo de Vera

"Son cien millones frente a los 17.000 millones del presupuesto de la Junta de Andalucía, no es nada". "Esas rentas que se libran del impuesto de Patrimonio [20.661] crean puestos de trabajo...". "Total, las grandes fortunas se van a paraísos fiscales, tienen instrumentos de sobra para evadir impuestos; si les cobras Patrimonio, se irán más". Estos y otros argumentos similares, de claudicación ante la riqueza (ciudadanía de primera), son los que he ido escuchando en las últimas horas en apoyo al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que ha decidido suprimir el impuesto de Patrimonio en el territorio, como la Comunidad de Madrid.

Es normal: la derecha actúa con coherencia y así lo dejó dicho, de hecho, Moreno en la campaña electoral que le dio la mayoría absoluta el pasado 19 de junio. Aunque su tono sea más suave que el del ciclón Isabel Díaz Ayuso, quienes creen que el PP andaluz es ideológicamente diferente al madrileño -como el líder nacional, Alberto Núñez Feijóo- se equivoca, y aquí está la prueba. Pero habrá más e, insisto, es lo acordado con los votantes.

Mi sorpresa va, por tanto, con quienes se sorprenden de estas decisiones neoliberales del PP que premian a los ricos y envían un mensaje clarísimo sobre para quién trabaja cada representante político. La frase sobre que son los afectados por el impuesto de Patrimonio los que crean empleos es meridiana: quienes con su trabajo, en general remunerado a la baja en España, engordan esas fortunas no merecen tanto reconocimiento como quienes les contratan. Ciudadanos de segunda.

Otra cosa son las incoherencias del mensaje neoliberal del PP al apelar a la unidad de España, a la solidaridad entre españoles independientemente del territorio, y llamar a las empresas de Catalunya para que abandonen ésta. Porque de Euskadi (175 millones recaudado en 2022 con Patrimonio), de momento, se cuidan muy mucho, no vaya a ser que Feijóo necesite al PNV en 2023 y no pueda ni mantener esa reunión pendiente con Andoni Ortuzar.


No al impuesto de Patrimonio, no al impuesto a la banca, no al impuesto a las energéticas, no a las rebajas del precio de alimentos básicos que supongan una pérdida de ingresos a las paupérrimas cadenas de supermercado ... En un momento como el actual, saliendo de una brutal pandemia e inmersos en una economía de guerra en Europa, ¿cómo pretende ayudar Feijóo desde su atalaya neoliberal a quienes cada vez más acuden a los comedores sociales a alimentarse ellos y a sus familias? Las donaciones a estos centros de ayuda de emergencia han caído un 40% por el alza del precio de los productos alimenticios, pero las colas del hambre no paran de crecer cada día. "Antes era gente mayor -comentaba un responsable de estos comedores en TVE-, ahora vienen cada vez más jóvenes".

La recaudación tributaria en España es del 39,1% del PIB, siete puntos por debajo de la media de la Unión Europea, el parámetro al que debemos aspirar, pero que el PP prefiere cambiar por privilegios para sus votantes de interés prioritario: las grandes fortunas. "Si no les quitamos Patrimonio, se van a paraísos fiscales". Pobrecillos, si es que durísima la vida del rico y su sirviente. Y lo peor es que mandan igualmente fuera mucho de su dinero, porque a nadie se le ocurre eliminar esas fábricas de desigualdad y concentración de riqueza. "No seas ingenua", me dicen. Manda carallo.

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