Dominio público

Aurora Picornell y la primera pluma estilográfica encontrada junto a una mujer

Almudena García-Rubio

Sociedad de Ciencias Aranzadi

Lourdes Herrasti

Sociedad de Ciencias Aranzadi

Jordi Ramos

ATICS

Aurora Picornell y la primera pluma estilográfica encontrada junto a una mujer
Aurora Picornell y el rastro de una pluma estilográfica

Aurora Picornell y el grupo conocido como las Rojas del Molinar, Catalina Flaquer, sus hijas María y Antonia Pascual y la palentina Belarmina González, fueron sacadas de la cárcel de Can Sales, en Palma de Mallorca, la noche del 5 de enero de 1937. "Poner en libertad al detenido", decía el documento firmado por el gobernador civil Mateo Torres Bestard. Nunca más se las volvió a ver.

La tradición oral y las investigaciones históricas señalaban, hasta hace tres días, que fueron asesinadas y enterradas en Porreres, un municipio situado en el centro-sur de Mallorca. Porreres fue un lugar de masacre tras vencer el bando sublevado. Cientos de civiles, procedentes de hasta treinta municipios diferentes de la isla, fueron ejecutados allí. En los años 2016 y 2021, a petición de la asociación Memoria de Mallorca y del Gobierno balear, la Sociedad de Ciencias Aranzadi llevó a cabo dos campañas de excavación en su cementerio. Con cada fosa que iba apareciendo venía la pregunta "¿son las mujeres?". Finalmente fueron documentadas trece fosas comunes de las que se recuperaron 114 esqueletos. Pero el grupo de las Rojas del Molinar no estaba entre ellos. Tras el estudio antropológico y genético se fueron dando las primeras identificaciones, entre ellas la de Ignasi Picornell, hermano de Aurora, asesinado tres días después que ellas. Hubo celebración y homenajes por las identificaciones, pero la pregunta seguía ahí ¿dónde están ellas?

El interés por encontrarlas no sólo se debía a que fueran el único grupo de mujeres buscado en Porreres, también era por quienes son y por lo que representan, especialmente Aurora Picornell. Aurora fue activista desde muy joven, igual que gran parte de su familia, su padre Gabriel Picornell Serra, que ahora también ha sido identificado en Porreres, y varios de sus hermanos y hermanas. Ingresó en el Partido Comunista en 1931, pero antes ya se conocen numerosas intervenciones públicas. Era una gran oradora que defendió los derechos de la mujer trabajadora (participó en la constitución del Sindicato de Sastrería) o el laicismo (desde 1930 formó parte de la Liga Laica de Mallorca). En estos aspectos fue una pionera, además de resultar totalmente transgresora con las convenciones de edad y género de la Mallorca de la época. Fue muy activa escribiendo, firmó sus primeros artículos siendo menor de edad, publicó habitualmente en la prensa política y sindical, hasta poco antes de su encarcelamiento el 19 de julio del 36.

Finalmente, las Rojas del Molinar han aparecido en el cementerio de Son Coletes, en Manacor, municipio del levante de la isla. Hasta allí las llevaron el grupo de falangistas que las sacaron de la cárcel. Podemos deducir que allí las mataron, en el esqueleto de Aurora se han identificado hasta cinco lesiones causadas por el paso de proyectil de arma de fuego, y allí las enterraron. Un acto clandestino que no dejó huella y que ha permanecido oculto hasta ahora.

Junto a Aurora fueron recuperados algunos elementos de vestimenta como botones o un imperdible, además de una pluma estilográfica. Una pluma muy bien conservada, de tonos rojizos, marmolada, de posible fabricación inglesa. Es la primera vez que se documenta la presencia de un elemento de estas características junto al cuerpo de una mujer procedente de las fosas del franquismo. Que sepamos se han recuperado un total de doce plumas estilográficas, todas ellas de importación, junto a víctimas de la guerra civil exhumadas en las fosas de Alcaudete de Jara (Toledo), Areces (Asturias), La Lobera (Burgos), Castuera (Cáceres), Llanos de Caudé (Pozos de Caudé, Teruel), Canturri (Montferrer i Castellbó, Lleida), en Sant Andreu de Llanars (Prats de Lluçanès, Barcelona), en la calle Ràfols de Barcelona y en el pozo de Camuñas (Toledo). Correspondían a personas que tenían un nivel económico o social relevante.

Se ha identificado a Aurora Picornell entre los restos exhumados en el cementerio de Son Coletes, en Mallorca. Los restos, los cuerpos, los esqueletos exhumados. Estos términos, a los que los antropólogos forenses estamos acostumbrados, nos trasladan al momento de la muerte, al momento de la inhumación. Sin embargo, los objetos que los acompañan, nos hablan de su vida. Nos permiten ver a la persona, su humanidad materializada. Y no se nos ocurre otro objeto que pudiera representar mejor a Aurora Picornell. En esta pluma están sus ideas, su pensamiento, su lucha, también sus manos, su arma frente al fascismo. Como dice María Antonia Oliver, de Memoria de Mallorca, los asesinos de Aurora han desaparecido, pero ella sigue aquí, hoy, más presente que nunca.

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