¿Quiere usted sentir? Venga a Andalucía ¿Hace tiempo que no se derrama una lágrima por su árida mejilla? Venga a Andalucía, donde verá el amor más incondicional, el de familias inmensas que se arropan y abuelas que esperan a sus pequeños a la salida del colegio. ¿Hace mucho que no es visitado por la solemnidad y el sacrifico más cristalino? Venga usted también a Andalucía, pues observará a hombres y mujeres andar con paso firme, en silencio, con los ojos vendados o descalzos, tras un trono al que lloran y hacen promesas. ¿Quiere usted ver cómo un pueblo se levanta se abraza y se pone en marcha a una? Venga de nuevo a Andalucía, contemplará cómo desconocidos se agrupan entorno a una guitarra o decoran como hermanos sus patios. En definitiva, ¿ansía usted ver los colores más vibrantes, la fuerza hecha asfalto, el ramalazo servido en aperitivo? Venga de una vez por todas a Andalucía. Usted sabrá ya qué es la pasión ¿no, amigo? Por supuesto, la pasión es Andalucía.
Parece ser que eso somos, eso hemos sido y eso seremos, hombres de luz que a los hombres alma de hombre les dimos. Porque si se trata de Andalucía, de ese trozo de olivos y arte que cierra el sur de la península, se trata entonces del lugar que posee el pedigrí del sentimiento. Somos ese sitio feroz. En el colegio, el lápiz empuñado con tanta fuerza que su punta se quiebra conforme escribe. En el cuerpo, esa vena hinchada en el cuello cuando se recita sin pausas para coger aire. En la naturaleza, esa ola que choca una y mil veces contra un acantilado. Parece que de sudor y vehemencia se tiñó nuestra bandera. Esto se dice bueno, es más, ésta es nuestra inalienable marca. Esto es lo que nos hace especiales. Sin embargo, quizás compañeros, nos ha faltado escarbar en nuestra deslumbrante herencia para cuestionar cómo construimos nuestros colores. Porque Andalucía es también la lucha, la rabia y la crítica de los que cuestionan que se tome a nuestra tierra como un desfile de emoción y aflicción. Porque Andalucía es más que un espectáculo de supervivencia. Andalucía posee historia, ciencia, teatros, acueductos, cuevas, mares, dólmenes, giraldas, mezquitas, poetas, pintores, cineastas, cantantes, escritores. Andalucía crea, no sólo padece.
La palabra pasión proviene del término latín passio -sufrimiento- y este a su vez, del verbo pati, patior -padecer, sufrir, tolerar-, que, al mismo tiempo, se encuentra emparentado con el griego, pathos -dolor, sufrimiento, muerte-. El ya mencionado verbo patior, ha dado lugar a palabras como pasivo, paciente, patíbulo, padecer. Quizás la pasión representa más hastío y pasividad de la que esperábamos. Quizás vertebrar la identidad en base a la resistencia al sufrimiento ofrece contraindicaciones. Quizás nosotros, los andaluces, para no ver que nuestra tierra se riega con padecimiento, hemos imaginado a la passio más palpitante de lo que en realidad era.
Andalucía y los andaluces hemos hecho de nuestra identidad la pasión, que por muchas banderillas, y luces que hemos querido siempre colgarle, nunca ha dejado de ser una mantilla de sufrimiento. Así, hemos hecho de nuestra historia la historia de un pueblo imbatible, cuyo cenit de belleza se encuentra en los aires con los que una y otra vez esquiva las cornadas que le rozan; un pueblo de tez morena por las horas al sol, de sudor y levantamiento, de arado y abanico. Un pueblo que como los gladiadores, encuentra su esplendor en que jamás se pone de rodillas. Y nos hemos hechos deudores de nuestro propio grito; porque el cante es antes afónico que dejado de ser cantado, y da igual que haya afonía, porque hay quejío. Porque hacemos un traje de gitana clavando alfileres en un vestido blanco, brotando los lunares de nuestra propia sangre, y poco importa que haya herida, porque hay ropaje. Porque los hombres hasta se escapan de las prisiones para ir a ver a la Virgen de la Macarena, y no se piensa que haya cárcel, porque hay entrega.
Si de algo hemos adolecido los andaluces, es de creer que el dolor era antes folclore que injusticia. Diecisiete de los veinte municipios de menor renta de España se encuentran en Andalucía[1] (dato 2021); de los quince barrios más pobres de España, doce están en Andalucía[2] (dato 2021). En Andalucía el porcentaje de municipios con rentas altas no alcanza el 1%, el 83,3% de los municipios registran renta baja, y solamente el 3,5% son de renta media (dato 2022)[3]. En Andalucía el 38,7% de la población en riesgo de pobreza y/o exclusión social, el porcentaje relativo a la totalidad del país es 27,8% (dato 2022)[4]. Respecto a la pobreza severa, en Andalucía la cifra es del 15,9%, número que es 5,6 puntos más elevado que la media nacional (dato 2022)[5]. En Andalucía, no nos cansamos de encabezar las listas, pues el índice de analfabetismo es un 2,32%, cuando en el país se encuentra en el 1,30% (dato 2023)[6]; la tasa andaluza de abandono escolar es de 15,3%, la nacional se sitúa en el 13,9% (dato 2022)[7]. Finalmente, parece que este estado de cosas va para largo, pues en Andalucía el paro juvenil es del 36,1%, 5,9 puntos por encima del dato a nivel nacional (dato 2022)[8]. y, para más inri, en Andalucía, sólo el 14% de los jóvenes menores de 30 años logra independizarse (dato 2022)[9].
Cuando uno sufre corre un peligro y es que otros, más sólidos y poderosos le hagan creer que él mismo, ese ser sufridor y residente, es por ello más fuerte que aquellos que se encuentran a salvo alabando su mérito. En estos casos de halagos y cantos al coraje, puede suceder que, en realidad, no es que sea uno el más valeroso; sino que uno tiene más tolerancia al sufrimiento, porque lo padece con más intensidad que aquel que le felicita, porque lo siente con más frecuencia que aquel que le vanagloria. Porque, en definitiva, uno se encuentra ante la disyuntiva de ser resistente o morir.
Míreme usted señorito andaluz, con sus patios, olivos y guitarras. Míreme usted también flamenca, sin quitarse la peineta, sin dejar de apoyarse en esa pared blanca, sin parar de saborear su gazpacho. ¿Usted hace una fiesta por nada, o es que se le ha condenado a ser el bufón y entretenimiento de España? ¿Su patria es la familia y con ella quiere pasar todas sus horas o es que, sin dejar de amarles ni un segundo, no puede ni imaginar vivir fuera de su casa porque no hay Dios que pague un piso? ¿Usted ama la tierra, el campo y la pureza que éstos desprenden, o es que se encuentra condenado a pasar sus días de sol a sol labrando por aceitunas que le pagan a céntimos? ¿Usted ha nacido acaso para las corralas, las noches en sillas de plásticos en corro y el comadreo o usted se encuentra prácticamente secuestrado en su barrio, en su pueblo, en su ciudad, sin poder imaginar si quiera un verano en el que pueda costearse visitar otros lugares? ¿Usted posee un carácter prácticamente mágico, en el que todo le resulta sin esfuerzo porque el arte le corre por las venas, o usted ha sido sistemáticamente olvidado, castigado a que su mérito no sea jamás reconocido y todo su trabajo se haga pasar por innatismo? ¿Usted con una zanahoria y un hueso ya hace un puchero o es que usted no puede permitirse comprar carne en el mercado? ¿Es su abuela la mejor cuidadora y maestra o es que nadie en su familia puede permitirse pagar una academia que deje a su ancestra envejecer con menos cargas? Escúcheme, andaluz mío, levántese y sacúdase, porque en ocasiones las penas no son para cantarlas sino que son para sindicarlas, para lucharlas, para, en definitiva, erradicarlas.
Los andaluces debemos dejar de ser una especie de deus ex machina que salvamos cualquier situación por nuestro increíble carácter y poderío. No somos el corazón de España ni lo salvamos todo a base de ferias, bailes, alegrías y taconazos. Sabemos que hay todo un país, un Estado, todo un pueblo y un enjambre de compatriotas, que no tienen interés ninguno por ayudarnos a levantarnos. Andalucía no vive sólo con arte, bulerías, y talante. Andalucía necesita dinero, escuelas, ayudas, industrias, necesita que se le haga caso. Cuando cepillamos nuestros cabellos con las cerdas del sentimiento, no se ve cómo hay ya un relato hecho, porque no nos peinamos cómo queremos; sino con las pocas horquillas que nos han dejado. Cuando cada coz de penar se usa como cemento de palacios nazaríes, uno deja de recordar que el sufrimiento quema. Como si se tratara de una especie de quijotismo inverso: mientras que el famoso hidalgo creía que luchaba contra gigantes donde sólo había molinos, al andaluz se le hace creer que torea hormigas cuando tiene delante los mayores ogros. Se hace pasar por alegría a la sonrisa bruxista, y cómo nos ven enseñar los dientes, se permite la desatención de nuestras necesidades.
Usted, andaluz mío, levántese y luzca una mirada rabiosa. Andaluz mío, que todo el calor del sol que abrasó su espalda mientras recogía tomates, le lleve hoy, a boca llena, a gritar sin miedo, "¡este secarral no me invita a bailarle nada!". Andaluces, levantaos, proclamemos que somos capaces de ser más que aguante. Andaluces, levantaos, declaremos que podemos cantar con igual grandeza en tablaos con maderas nuevas y banquetes a los lados. Los andaluces somos puro acento y puro braceo y nosotros decidimos cómo y cuánto cantarle a nuestro dolor. Y, como un día pedimos tierra y libertad, hoy pedimos no sólo un público que asista al canto de nuestro dolor; sino compañeros que nos brinden y construyan junto a nosotros respeto, recursos y cuidados.
[1] https://elpais.com/economia/2021-05-26/pozuelo-amplia-su-ventaja-como-la-ciudad-mas-rica-de-espana-y-nijar-repite-como-la-mas-pobre.html
[2] https://www.diariocordoba.com/cordoba-ciudad/2021/05/26/cinco-barrios-mas-pobres-espana-cordoba-52267669.html
[3] https://www.newtral.es/renta-media-espana/20221011/
[4] https://www.elconfidencial.com/espana/andalucia/2022-07-10/el-alza-de-la-tasa-de-pobreza-en-andalucia-reajusta-el-discurso-triunfalista-de-la-junta_3458067/
[5] https://www.diariodesevilla.es/andalucia/pobreza-poblacion-riesgo-exclusion_0_1730227812.html
[6] https://www.larazon.es/andalucia/20230203/akwk3o52ifaitggcoa37m67f6q.html
[7] https://www.diariosur.es/andalucia/tasa-abandono-escolar-20230127173854-nt.html
[8] https://www.newtral.es/paro-juvenil-andalucia-olona/20220608/
[9] https://www.laopiniondemalaga.es/andalucia/2022/08/11/14-jovenes-menores-30-anos-73396264.html
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