Dominio público

Cuidado, no caigamos en el error EREs

Luis Ángel Hierro

Exdiputado y militante del PSOE de Andalucía

El expresidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves (d), durante una rueda de prensa que ha ofrecido en la sede del PSOE-A.-María José López / Europa Press
El expresidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves (d), durante una rueda de prensa que ha ofrecido en la sede del PSOE-A.-María José López / Europa Press

El día 18 de julio tuvo lugar una reunión del Comité Director del PSOE de Andalucía. La misma fue convocada para ese día, según señaló el propio secretario general Juan Espadas en su primera intervención, porque el Tribunal Constitucional emitiría sentencia, muy probablemente, estimando la inconstitucionalidad de las condenas a los expresidentes de la Junta, Manolo Chaves y Pepe Griñán, habida cuenta de las sentencias previas.

En la reunión se produjo una intensa defensa de los expresidentes y demás condenados de la nunca mejor llamada "pieza política", aunque preferible llamarla "juicio político", con motivo de la exculpación por la inexistencia del presunto delito y por violación de la presunción de inocencia. En ese discurso participaron la totalidad de quienes intervinieron y fruto de ello se realizaron ciertos comentarios sobre los que merece la pena una reflexión política. En concreto me referiré a cuatro cuestiones.

La primera fue sacada a colación por el secretario general de una provincia muy importante que, además de declararse centrista no sé a cuenta de qué, planteó la necesidad de modificar el Código Ético y de Conducta del PSOE con el fin de ser menos estrictos para evitar el daño a los inocentes. Entiendo que en el calor del momento un socialista, por definición luchador contra la injusticia, pueda derrapar en su razonamiento, pero debemos ser prudentes. Las normas éticas son aplicables tanto cuando el resultado es favorable como cuando es desfavorable y hace mucho tiempo que el PSOE llegó a la conclusión de que las imputaciones, y todo el trajín mediático que llevan asociadas, dañan al partido y a la política, de ahí las suspensiones de militancia. Estas normas son un mecanismo de defensa del partido, que ciertamente pueden hacer daño a los afectados, pero que son imprescindibles.

Me consta que, tanto para el partido como para los afectados son situaciones difíciles de gestionar, yo tuve la ocasión de enfrentarme como secretario general de una agrupación local del PSOE a tres imputaciones de afiliados, con tres reacciones distintas: a una persona el partido la dio de baja ipso facto y siempre se ha sentido traicionada, otra pidió la baja voluntariamente y después volvió al partido, y otra pidió traslado a otra agrupación y el partido no adoptó medidas. Las situaciones de imputación son muy difíciles y todos los que hemos gestionado alguna lo sabemos, pero también sabemos que las normas del partido se han hecho después de mucho pensarlas y no es buen consejo proponer cambiarlas en caliente.


La segunda cuestión que apareció en diversas intervenciones, incluida la del secretario general, fue un mea culpa por no haber defendido más a los ignominiosamente acusados. Con ese mea culpa se señaló veladamente a la solicitud del acta que al parecer Susana Díaz habría hecho a los dos expresidentes cuando fueron imputados en 2016. No puedo saber lo que pensaban Juan Espadas y los demás intervinientes en aquellos años, pero lo que sí sabemos es que en esos tiempos ocupaban puestos de poder y ninguno pidió que los expresidentes se quedaran. Entiendo que la memoria sea voluble y que nadie quiera recordar, entiendo también que todos callaran en aquellos días, pero lo que no entiendo es que el secretario general utilice este tema para lanzar dardos internos, mucho menos cuando los expresidentes han dicho públicamente que ellos tomaron la decisión por sí mismos y por responsabilidad política, como no podía ser de otra forma siendo socialistas de militancia. A pesar de ello, desgraciadamente la cuestión ha sido de nuevo sacada a la palestra por Juan Espadas con la publicación de un artículo en prensa, apoyando su argumento en palabras del en su día líder de Ciudadanos en Andalucía, Juan Marín. Artículo que inmediatamente ha sido respondido en televisión por Susana Díaz, dando lugar a un nuevo capítulo de división interna. ¡Dios que tropa! Supongo que Moreno Bonilla habrá ido a por las palomitas.

La tercera cuestión es la perspectiva de revancha que adoptaron algunos compañeros cuando, henchidos sus pechos, se dedicaron a defender la gestión hecha al amparo de la nulidad de las condenas. Nuestra realidad no se corresponde con ese sacar pecho. No hubo ilegalidad de nuestros líderes, las leyes no son ilegales y se les condenó injustamente, pero no tuvimos la capacidad de controlar el desmadre que se instaló en las ayudas. No lo hicimos bien y una sentencia que anula condenas no nos redime de la desafortunada gestión. La verdadera oportunidad que nos da la sentencia es la de cerrar la cuestión con dignidad y con la cabeza alta al amparo de la inocencia de los expresidentes y exconsejeros. Podemos recuperar nuestra memoria con la certeza de que no hubo corrupción política, pero de eso a hacer exhibición de ejemplaridad va un trecho. De nuevo, desgraciadamente, en esto también ha reincidido el artículo de Juan Espadas.

Finalmente, en cuarto lugar, está la cuestión que considero de más trascendencia política, me refiero al intento de iniciar la reversión del tema EREs usando la teoría del "punto de inflexión" descrita por Manolo Chaves esa misma mañana. Ciertamente, las condenas ahora anuladas fueron una tropelía de un contubernio judicial-político, pero los medios de derechas y el PP han invertido años en fijar en la mente de los andaluces/zas un marco que se resume EREs=Corrupción PSOE. La palabra EREs está maldita y ni el PSOE ni los medios de izquierda, menos numerosos, vamos a poder revertir la situación a un marco EREs=Injusticia+Mentira del PP. Mucho menos cuando aún siguen pendientes piezas de los EREs en las que se van a producir condenas de intrusos o por el uso indebido de los fondos. Por eso, si alentamos el marco EREs para revertirlo lo único que conseguiremos será mantenerlo vivo y el PP recuperará EREs=Corrupción PSOE si llegan nuevas condenas. Intentar mantener vivo el marco EREs es un error político del que nos podemos arrepentir con creces.


Por eso, desde mi punto de vista, lo mejor que podemos hacer es que los EREs queden en la historia política, ahora que se ha hecho justicia, y que, dando la oportunidad de retorno a los absueltos que la tienen bien merecida, pasemos página y nos dediquemos a lo que nos va a dar la verdadera oportunidad de volver a ganar, que no es otra cosa que unas primarias que definan un nuevo liderazgo y un congreso en el que elaboremos una ponencia con la que diseñemos un nuevo marco político ligado al futuro y no al pasado, para que los y las andaluzas fijen en su mente la necesidad de la vuelta del socialismo andaluz al gobierno.

Noviembre está a la vuelta de la esquina, no perdamos el tiempo.

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