Dominio público

El futuro del Valle

Fernando Martínez López

Secretario de Estado de Memoria Democrática

El Valle de los Caídos es el principal monumento del franquismo aún vigente en la España contemporánea. Concebido por el dictador Francisco Franco para celebrar su victoria militar y dar cobijo a los cuerpos de los vencedores en la Guerra de España (1936-1939), tardó en torno a diecinueve años en construirse. Para ello se usó en buena parte mano de obra penada. Fue inaugurado por el dictador el 1 de abril de 1959, como parte de la conmemoración del vigésimo aniversario de la vitoria en la guerra. Fue desde su origen un monumento de parte, muy alejado de cualquier noción de reconciliación, como dejó muy claro el propio Franco en todos los decretos que se refieren a él, así como en su discurso inaugural.

Durante muchas décadas, antes y después del entierro de Franco en el Valle en 1975, fue un referente clave primero para los partidarios del dictador y, tras su muerte y el proceso de democratización, para los nostálgicos del régimen, como se expresaba en las celebraciones del 20 de noviembre, fecha de la muerte de los dos personajes históricos que presidían la jerarquía funeraria del Valle, el propio Franco y José Antonio Primo de Rivera. No en vano es el vivo ejemplo del nacionalcatolicismo franquista.

¿Es posible resignificar sustancialmente el Valle? Por supuesto que sí. Los monumentos, incluso aquellos que parecen más sólidos e inamovibles, se consideran procesos que están siempre en transformación, pues las percepciones que hay sobre ellos, así como sus modelos de gestión, cambian con el paso del tiempo. Pero resignificar un monumento de esta escala es una tarea compleja que precisa de la acción combinada de muchos actores sociales y políticos: movimientos sociales, investigadores, periodistas y documentalistas, e instituciones.

Aunque desde el principio de la democracia hubo intentos por desvelar y denunciar los procesos ideológicos y políticos qué había detrás monumento –de lo que es un ejemplo sobresaliente en el libro de Daniel Sueiro El Valle de los Caídos: los secretos de la cripta franquista (1976)—, fue partir del año 2000, en conexión con el nacimiento de una nueva cultura memorialista en España, cuando el cuestionamiento del statu quo del monumento por una parte de la sociedad española se hizo cada vez más acusado. El descubrimiento a principios del siglo XXI de la presencia de civiles republicanos ejecutados por paramilitares franquistas en sus criptas, donde hay más de 33. 800 cuerpos de personas fallecidas de formas diversas en la contienda, unido a las reclamaciones de exhumación de los restos de algunos de estos republicanos, fueron un detonante clave.

Desde el punto de vista institucional, también se han dado pasos significativos. La Ley 52/2007 incluía un artículo específico sobre el Valle, que convertía las criptas en cementerio público y prohibía actos políticos de exaltación de la Guerra Civil y el franquismo en su interior. En 2011, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero nombró una Comisión de Expertos para el futuro del Valle, cuyas recomendaciones ya incluían gran parte de las que aparecen en la nueva Ley. Durante el gobierno de Mariano Rajoy (2011-2018), este informe fue ignorado, mientras que el debate en la sociedad civil y las iniciativas del movimiento memorialista, incluyendo las reclamaciones de exhumación, continuaban.

A los pocos días de asumir la Presidencia del Gobierno en 2018, Pedro Sánchez anunció su intención de exhumar al dictador. Tras largos vericuetos judiciales, los tres poderes del Estado, el ejecutivo, el legislativo y el judicial avalaron su traslado al cementerio de Mingorrubio, que tuvo lugar el 24 de Octubre de 2019. El impacto resignificador de esta decisión para el Valle no se le escapa a nadie. Tras su segunda investidura a principios de 2020, se creó la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, ubicada en el Ministerio de la Presidencia. Uno de sus objetivos clave es impulsar la transformación del monumento mediante un ambicioso proyecto integral que incluye aspectos jurídicos, funerarios, patrimoniales, pedagógicos y simbólicos, que cristalizara en un importante proyecto de resignificación. Veamos algunas de ellos.

Las medidas incluidas en el proyecto de la Ley de Memoria Democrática, ahora en trámite, posibilitan una transformación aún más radical del Valle, que pasará a convertirse en una herramienta pedagógica para el estudio y análisis de la Guerra y el franquismo a través de su principal expresión arquitectónica. Aunque el Valle es un monumento con una idiosincrasia propia, forma parte de los grandes proyectos arquitectónicos de los fascismos europeos de la época, y es en ese marco comparado más amplio en el que debe explicarse.

La ley extingue el Decreto-ley de 1957 que aún regula el monumento, que será sustituido por un nuevo Real Decreto que establecerá su nuevo estatuto jurídico y patrimonial en un marco de memoria democrática. Con la derogación de este Decreto-ley se extingue también el convenio que firmó el Estado en 1958 con los monjes Benedictinos que se encargan del culto en la Basílica. La Ley reafirma la prohibición de celebrar en el recinto actos políticos de exaltación de la guerra, sus protagonistas, o la dictadura, así como el carácter civil del cementerio. No podrá haber entierros de honor, medida implica la reubicación de los restos de José Antonio, que será trasladado a una de las criptas laterales.

La Ley incluye otro punto básico: se atenderán hasta el límite de las posibilidades técnicas las reclamaciones y peticiones de exhumación que han solicitado familiares y asociaciones, en buena parte descendientes de civiles republicanos asesinados durante la guerra y cuyos restos fueron trasladados al valle sin conocimiento ni permiso de sus allegados. Aunque las dificultades técnicas son grandes, ésta es una decisión política firme y se llevará a cabo a pesar de todos los obstáculos que se presenten.

Hay una serie de medidas que se han ido tomando para preparar esta intervención forense. Desde finales de 2020, la Presidencia de Patrimonio Nacional empezó a firmar resoluciones estimatorias de aquellas solicitudes de exhumación que aún no la tenían. El 31 de mayo, el BOE publicaba un Real Decreto en el que se comprometían 665.000€ para las tareas de consolidación dignificación y exhumaciones en las criptas. El 22 de junio el Consejo de Ministro aprobó la creación de una Comisión de trabajo para el asesoramiento forense. El de 12 de julio se firmó la resolución con los nombramientos para dicha comisión. Finalmente, en breve comenzarán las tareas de habilitación de la basílica y las criptas.

Hay en marcha otras iniciativas importantes. Ante la necesidad de explicar un monumento que compendia como ningún otro el proyecto social, político, funerario, religioso e ideológico del franquismo, se está poniendo en marcha un centro de interpretación, con base fundamentalmente digital, que cubra todas estas dimensiones. Para ello se han activado investigaciones interdisciplinares sobre aspectos como el uso de mano de obra penada en las obras, sus características arquitectónicas, su programa iconográfico, la historia política del monumento, el traslado de más de 30.000 cuerpos a sus criptas, o las ceremonias y conmemoraciones que han tenido lugar en él. Los resultados de todos estos estudios serán procesados en formatos didácticos que, como parte del centro de interpretación, puedan llegar a un público amplio. Arrojar luz y taquígrafos sobre el Valle es fundamental en un proyecto de resignificación cuya intención última es fomentar, desde el conocimiento crítico del pasado,  formas de ciudadanía abiertas, inclusivas y plurales.

En este marco, la prospección que ha llevado a cabo recientemente un equipo del INCIPIT-CSIC en los destacamentos penales del Valle ha permitido abrir un nuevo eje patrimonial. En él se muestran las condiciones de vida de los trabajadores libres y los presos políticos, e incluso los barrios de chabolas precarias donde malvivían sus familiares. Con su excavación, consolidación y musealización en el futuro, se abrirá un nuevo foco de interés en el recinto que sin duda transformará el conjunto.

Resignificar el Valle es una tarea compleja con muchos frentes simultáneos. Para diseñar este proyecto, que se ampliará y profundizará en el futuro, se han analizado y valorado los que se han llevado a cabo en otros lugares de memoria compleja y dolorosa en otros lugares del mundo, de manera que el resultado sea homologable a los modelos de pedagogía de memoria democrática más avanzados.

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