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Bien está lo de Cádiz, pero un poco nada más

Bien está lo de Cádiz, pero un poco nada más
Policías cargan contra los estudiantes que se han manifestado en apoyo al sector del metal a 23 de noviembre 2021 en Cádiz (Andalucía).- Nacho Frade / Europa Press

Este miércoles se celebró en el Congreso una jornada de apoyo a los conocidos como Los seis de Zaragoza, seis jóvenes antifascistas condenados sin más pruebas que testimonios de agentes (ley mordaza en plenitud) por un juez muy conocido por su más que discutible independencia, ya nos hemos referido a él en alguna ocasión y en este mismo espacio. A Los seis de Zaragoza el tribunal de Carlos Lasa dejó bien claro que los condenaba sin pruebas y fiándose del testimonio de los policías presuntamente agredidos al advertir por escrito de "que no existen pruebas que acrediten que fueron los acusados y no otros manifestantes quienes agredieron a los antidisturbios". Y así, con su conciencia agujereada de juez, el señor Lasa se fue a dormir a pierna suelta dejando destrozadas a seis familias, como mínimo.

Es imposible no empatizar con víctimas de tanta injusticia como aquellas que lo son, no solo de forma desproporcionada, sino sin prueba alguna más allá de la saña de un juez y unos policías que deberían avergonzar al resto de sus compañeros/as. Durante la jornada del miércoles en el Congreso, se escucharon testimonios durísimos y, pese al apoyo que se les estaba brindando esa tarde desde los partidos de la izquierda parlamentaria y una nutrida representación de la sociedad civil, se palpaba en el ambiente la soledad de estas víctimas de un sistema decidido a controlar la disidencia y, lo que es peor, a utilizar las condenas a este tipo de protestas de forma ejemplarizante. Porque a Los seis de Zaragoza se les ocurrió protestar el 17 de diciembre de 2019 contra esos pobres desvalidos que son los dirigentes de Vox, víctimas de odio, según ellos/as, por ser buena gente.

No pasaron 24 horas de esta jornada solidaria y en el barrio núcleo de las protestas de los trabajadores del metal gaditanos, el de Río San Pedro de Puerto Real, agentes policiales han detenido a cinco de estos manifestantes y a otro lo han citado en Cádiz. Ante la perplejidad de las familias y de los vecinos y vecinas de la zona, se llevaron a estos cinco hombres a comisaría, horas después de que la propia ministra de Empleo, Yolanda Díaz, elogiara su firmeza para contestar a Vox, que ahora pretende erigirse en el gran defensor de la clase obrera, aunque voten en contra de todas las mejoras para ella, sean subidas de salarios o un plan de ERTE durante la pandemia.

Es esta incoherencia (elogiamos la lucha obrera contra la precariedad y detenemos a quienes la ejercen porque tampoco hay que abusar) la que resulta mortal de necesidad para cualquier tipo de mensaje político progresista. Los propios compañeros de los detenidos cargaban -y con razón- el jueves desde Cádiz contra el Gobierno, CC.OO. y UGT por su cinismo, por la utilización de su lucha como estrategia política contra la ultraderecha y, al mismo tiempo, la detención de los manifestantes por desórdenes públicos, atentado contra agentes de la autoridad, lesiones y daños, nada menos. Así que con la presunción de veracidad de las fuerzas y cuerpos de Seguridad hemos topado. Otra vez.

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