Dominio público

Tamames, Largo Caballero y Asturias

Ángel Viñas

Economista, diplomático e historiador español especializado en la guerra civil española y el franquismo

Tamames, Largo Caballero y Asturias
El candidato de la moción de censura, el profesor y economista Ramón Tamames, interviene durante un debate de la moción de censura, en el Congreso de los Diputados, a 21 de marzo de 2023, en Madrid (España).- EUROPA PRESS

Personalmente no tengo de Ramón Tamames buenos recuerdos. En los añorados, por algunos, años sesenta fue director de una colección de libritos de economía en Guadiana de Publicaciones. Se vendían muy bien. El secretario de mi tribunal a oposiciones a Técnicos Comerciales del Estado (también lo era Tamames) se llamaba Juan Antonio García Díez. Era un hombre brillante (llegó a vicepresidente segundo del Gobierno) y a él se acercó el hoy tan alabado profesor para que escribiera un librito sobre la industrialización soviética (De la revolución a la planificación). Juan Antonio no sabía nada del tema, pero aceptó. A mí el profesor Tamames me propuso que escribiera otro sobre la reforma agraria republicana. Oyendo sus consejos sobre cómo proceder me negué rotundamente.

A Tamames siempre le han gustado los temas históricos. En el mejor de los casos, como mero divulgador. En el peor, es una pena.

En la reciente moción de censura se ha permitido hacer algunas referencias a un tema perenne. ¿Quiénes fueron los responsables de la guerra civil? Resulta que servidor ha escrito varios libros sobre ese mismo tema. No me sorprende que no me haya leído, pero de haberlo hecho se hubiese ahorrado algunos de los despropósitos con que ha manchado su sorprendente moción de censura al Gobierno por cuenta de Vox.

Afirmar que la responsabilidad por la guerra civil recae sobre el PSOE (Largo Caballero) y la revolución de Octubre revela varias cosas: la primera, un desconocimiento profundo de la historia de aquel período; un seguidismo absurdo de las tesis con las que Vox consiguió, con la complicidad de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid, que el señor Alcalde, eminente abogado del Estado pero de entendederas históricas escasas, aprobara por la fuerza de la mayoría de ediles la eliminación de una modesta placa en el barrio de Chamberí. Recordaba dónde había nacido Francisco Largo Caballero. También, según las doctrinas de la derecha más cerril, el responsable de aquella revuelta.

Fue, sin duda, del todo punto irrelevante que más de doscientos historiadores, españoles y extranjeros, entre quienes tuve el honor de contarme, protestáramos. Se publicó un manifiesto que al docto profesor Tamames debió de sonarle a chino. Hoy aquella decisión la ha echado abajo el Poder Judicial. No sé si la placa se habrá repuesto o si el Ayuntamiento ha recurrido.

Sobre el caso de Asturias la literatura es casi inabarcable. Se han examinado más que pormenorizadamente sus antecedentes, su desarrollo y sus consecuencias. Afirmar que hubo una relación directa con la guerra civil es un tópico que ya esgrimieron en la época quienes la preparaban. Ciertamente, no solos. También con la encubierta ayuda fascista.

Ignoro si la provecta edad del profesor Tamames (siete u ocho años más que servidor) le habrá permitido leer algunas de las obras que sobre Asturias se han escrito. En cualquier caso, sería altamente recomendable que ojease la biografía del malogrado Julio Aróstegui sobre Largo Caballero, manejando las oportunas fuentes documentales y primarias. Y si el volumen de tal biografía le asusta, siempre puede recurrir a la obra de algún que otro autor, como por ejemplo Sir Paul Preston.

Las exageraciones siempre fueron notables. La lectura de los periódicos derechistas de la época, tales como ABC, El Debate o La Nación sigue siendo muy instructiva. Tienen la ventaja de estar digitalizados en la red por lo que su consulta es fácil y gratuita. En todo caso, al profesor Tamames quizá no le vendría mal repasar un libro general sobre la violencia sociopolítica en la Segunda República. Le aconsejo (y también a sus mandantes de VOX) que lean, por ejemplo, a Rafael Cruz o a Eduardo González Calleja. Y luego, si sus fuerzas y sus intelectos combinados lo permiten, que aporten sus conocimientos. Eso sí, por favor, con fuentes.

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