Ecologismo de emergencia

El nuevo 'boom' de la minería: una “hoja de ruta” hacia el abismo

Elena Solís Yáñez y Santiago Martín Barajas

El pasado mes de septiembre cuatro investigadores del Grupo de Energía, Economía y Dinámica de Sistemas de la Universidad de Valladolid alertaban que la "transición verde", tal y como hoy contemplan los gobiernos europeos, se apoya en una falacia. Al igual que en su día el petróleo, hoy los gobiernos vuelven a tratar los recursos minerales que requiere la propuesta de electrificación del transporte y digitalización de la vida, como si se tratase de recursos infinitos.

El modelo elaborado por la Universidad de Valladolid, publicado en Energy Strategy Reviews alerta que la actual política de "transición verde" habrá agotado las reservas mundiales de cobre, litio y manganeso antes de 2050, incluso contando con un aumento exponencial de los (hoy ínfimos) índices de reciclaje de estos metales. Calculan que las reservas de litio se agotarán entre el año 2042 y 2045, de aquí a algo más de 20 años aproximadamente.

El Ministerio para la Transición Ecológica en su "Hoja de Ruta para la gestión sostenible de Materias Primas Minerales", presentada la semana pasada, en cierto modo reconoce esta preocupante situación, admitiendo que el nuevo boom de la minería ligado a la llamada "transición verde" va a reemplazar una dependencia insostenible (la del petróleo) por otra también insostenible. Y eso sabiendo que los yacimientos que se pretenden explotar en España para alimentar la maquinaria de la transición verde son finitos, de muy escasa concentración, y minúsculos en comparación con las reservas mundiales.

En realidad, la "Hoja de Ruta" que propone el Ministerio para la Transición Ecológica, no es más que una "trasposición" de las políticas europeas dictadas por el lobby minero con el objetivo de minimizar la oposición social, lograr legislación más favorable para la tramitación exprés de proyectos mineros y facilitar la financiación pública de proyectos altamente especulativos. El tipo de explotación que se propone no sólo es insostenible por proponer agotar en 25 años las
reservas planetarias de estos "minerales críticos", para luego enterrarlos en vertederos de residuos, sino que contribuirá a fomentar un boom especulativo cortoplacista, dejando atrás inmensos pasivos ambientales que las generaciones futuras habrán de asumir. Claramente una "Hoja de Ruta" hacia el abismo.

Bajo la falacia de la "minería sostenible" o de la supuesta contribución de la minería a una "economía climáticamente neutra", se pretende obviar que la  minería es un contribuyente neto al cambio climático y a la destrucción del medio ambiente, causando el 10% de la deforestación del Amazonas. El International Resource Panel ha estimado que la minería es responsable del 90% de la pérdida de biodiversidad y del 23% de los gases de efecto invernadero en el conjunto del planeta.

En España este fomento de la actividad minera va a contribuir a agudizar el déficit hídrico, al conllevar un consumo intensivo e insostenible de recursos hídricos ya escasos y afectados por la sobredemanda de otros sectores productivos. Además, las nuevas explotaciones mineras que se pretenden llevar a cabo en nuestro país resultarán especialmente impactantes sobre el medio natural, al ser la mayoría de ellas a cielo abierto, favorecido por el elevado precio alcanzado por estos metales y el abaratamiento de los movimientos de tierras.

Resulta absolutamente irresponsable que el Ministerio para la Transición Ecológica pretenda dar vía libre para generar nuevos problemas y desastres ecológicos, cuando las diferentes administraciones han demostrado de forma reiterada ser incapaces de gestionar los pasivos ambientales de la minería de las últimas décadas. Existen muchas pruebas de ello: El Tinto y el Odiel (Huelva) son dos ríos relativamente pequeños, pero que transportan el 47% del zinc y el 15% del cobre aportado por el conjunto de los ríos del mundo a mares y océanos. A consecuencia de ello, varias especies de pescado del Mediterráneo ya no pueden ser consumidas por grupos de riesgo (niñas/os y embarazadas, entre otros) por la bioacumulación de metales pesados, atribuible en buena medida a la minería que se desarrolla en las cuencas de esos dos ríos. A ello hay que añadir el desastre que se produjo por la rotura de Aznalcollar y la inacción que están mostrando las diferentes administraciones ante el riesgo crítico de las descomunales balsas
mineras de Riotinto en Hueva.

Frente a esta "Hoja de Ruta" hacia el abismo, consideramos esencial dar un viraje en dirección al reciclaje integral, particularmente teniendo en cuenta que a día de hoy el reciclaje de minerales como el litio, telurio o tierras raras está por debajo del 1% y el del cobre está entre el 43-53%. Es irracional aumentar la explotación minera para extraer minerales que, siendo plenamente reciclables, acabarán en pocos años enterrados en vertederos, a la vista de la nula voluntad política actual de impulsar su reaprovechamiento y reciclaje. Las soluciones están hoy ahí. Al
igual que desde hace décadas el lobby del petróleo impidió sistemáticamente el avance de cualquier alternativa al diésel y la gasolina, hoy el lobby minero está empujando a la Unión Europea y al Gobierno Español hacia nuevas políticas derrochistas y devastadoras, preocupado exclusivamente por favorecer sus propios intereses económicos. No nos dejemos engañar una vez más.

 

Elena Solís Yáñez y Santiago Martín Barajas.
Área de minería de Ecologistas en Acción

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