Ecologismo de emergencia

Por qué es tan importante la Cumbre Climática de Glasgow (COP26)

Por qué es tan importante la Cumbre Climática de Glasgow (COP26)
Un grupo de ecologistas españoles alcanzan el ecuador de su travesía a pie hasta Glasgow.- EFE

El próximo mes de noviembre, con un año de retraso debido a la covid-19, se reúnen en Glasgow los gobiernos de los 190 países firmantes del Convenio contra el Cambio Climático (COP26). Se trata de una reunión clave en la lucha contra el cambio climático, que el mundo espera con una mezcla de esperanza y escepticismo.

Desde que en 1992 se firmara en la Cumbre de Río de Janeiro el Convenio contra el Cambio Climático han pasado ya casi treinta años en que las emisiones no han dejado de aumentar. Y las temperaturas aumentan, acercándonos cada vez más a esa línea roja que no debemos sobrepasar de 1,5ºC.

A pesar de que en 2020 las emisiones globales se redujeron, fue debido al parón de actividad consecuencia de la pandemia causada  por el COVID19. El regreso a la normalidad está devolviendo las emisiones a la senda de subida. Es imprescindible que Glasgow suponga definitivamente el comienzo de la tendencia a la baja.

Mantener vivo el objetivo de 1,5º C es una de las claves de esta próxima reunión. En 2015 el Acuerdo de París estableció que no debemos sobrepasar ese límite si queremos evitar un cambio climático catastrófico. Sin embargo, a día de hoy los compromisos de los gobiernos son insuficientes. Si no hay compromisos más ambiciosos no vamos a conseguir llegar al objetivo. A día de hoy de cumplirse los compromisos nos llevarían a un aumento de temperaturas de unos 3ºC, muy por encima de lo que la comunidad científica entiende como seguro. Conviene recordar que este que algunos países productores de combustibles fósiles resistieron este objetivo.

Para conseguir ese objetivo, es imprescindible adoptar una serie de medidas que nos ayuden a conseguirlo. Entre ellas destacamos:

- Poner una fecha final al uso de carbón, el combustible fósil que más contamina por unidad de energía producida.

- Los países ricos deben aportar US$ 100.000 millones de dólares para la financiación anual para políticas climáticas. Si no hay financiación los `países mas pobres no podrán desarrollar su transición energética, que muchas veces pasa incluso por dotar de energía limpia a decenas de miles de personas que aún no tienen acceso a la electricidad.

- Terminar con la deforestación para el final de la década, en especial en los bosques tropicales que están siendo destruidos a gran velocidad. Esta destrucción hay que pararla.

- Reducir las emisiones de metano, un gas potente con más de 80 veces el poder de calentamiento del dióxido de carbono, y que no ha recibido la atención suficiente para la reducción de sus emisiones.

Hace unos días en Roma, diputados de 90 parlamentos nacionales nos reunimos para preparar la COP26. La buena noticia es que hay una voluntad y un compromiso creciente para hacer frente al cambio climático en todos los países. Ahora es imprescindible que esa voluntad se convierta en nuevos compromisos que multipliquen la ambición y garanticen que no se superan esos 1,5ºC de aumento de temperaturas. Para eso debe servir la Cumbre de Glasgow.

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