Ecologismo de emergencia

COP27: La mayor ambición climática debe venir de los gobiernos

COP27: La mayor ambición climática debe venir de los gobiernos
Una mujer con un cartel en el que se lee: 'No nature, no future', participa una manifestación por la ‘Huelga global por el clima’, en la Plaza de Callao, a 24 de septiembre de 2021, en Madrid (España). - EUROPA PRESS

Comienza en Egipto la Cumbre del Clima (COP27) y, una vez más, las expectativas están al alza. Como cada año, los días previos a la Cumbre se especula sobre los avances que se conseguirán. Antes de que llegue la hora de la decepción hay que recordar que la COP es sólo una reunión; una reunión por cierto imprescindible: si no hubiera COPs, no habría Convenio Internacional contra el Cambio Climático, y eso sería una tragedia, porque se acabaría con las últimas esperanzas de ganar esta difícil  batalla.

El éxito o fracaso de la reunión dependerá de la voluntad política de los que participan en ella. En esta ocasión hay algún cambio importante, y es que la COP27 comienza con una noticia esperanzadora para el Planeta: la victoria de Lula en Brasil que termina con los años de presidencia de Bolsonaro, en los que la destrucción de la selva amazónica ha alcanzado proporciones sin precedentes. Lula ha adquirido el compromiso de trabajar por la deforestación cero en el Amazonas. Un objetivo que, de cumplirse, ayudará a mitigar la crisis climática global.

Se llega a la COP27 con la publicación de informes cada vez más alarmantes sobre la crisis climática. En su última publicación, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advierte que el calentamiento en Europa está siendo el doble que la media y del planeta. Este dato nos preocupa especialmente porque España es el país más vulnerable de Europa al cambio climático.

En los últimos meses, y debido a la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania, se han alzado voces que pretende ralentizar la lucha contra el cambio climático, para volver a los combustibles fósiles. En la actual encrucijada solo debe haber un camino: acelerar la transición energética hacia un modelo basado al 100% en las energías renovables, y la electrificación. Se trata de salir de la actual dependencia de los combustibles fósiles. Y ciertamente las energías renovables avanzan globalmente, pero hasta el momento la dependencia fósil no acaba de reducirse, y las emisiones globales de gases que causan el cambio climático continúan subiendo, y con ellas también crece la concentración de carbono en la atmósfera.

La industria energética está consiguiendo unos beneficios récord en medio de la actual crisis. En este contexto es imprescindible recordar que las ayudas públicas a los combustibles fósiles siguen siendo muy superiores a las que reciben las energías renovables. Sin ir más lejos, el debate sobre el gas en España, y su posible conversión en un hub gasista europeo, plantea una vuelta de tuerca en la dependencia del gas, con financiación pública de las infraestructuras que se plantean.

En definitiva, lo que el mundo necesita es que los gobiernos recuperen la ambición climática, y aceleren en la puesta en marcha de medidas que nos permitan cumplir con el objetivo del Acuerdo de París de mantener el aumento de temperaturas medias por debajo de 1,5ºC. Cada día que pasa es más difícil, y por eso cada Cumbre del Clima adquiere mayor importancia.

Termino como empecé: no maten al mensajero. La COP es una reunión global de líderes para avanzar en la lucha climática. La responsabilidad de los avances está en las políticas de los gobiernos. Es ahí donde debemos exigir el máximo de compromiso.

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