Cuentan que el poni favorito de Úrsula Von der Leyen, llamado Dolly, fue atacado por un lobo en su Sajonia natal, y que en este hecho está el comienzo del giro de las políticas europeas en materia de protección del lobo. De lo que hay serias dudas es que este giro, contrario a la protección del lobo, tenga la más mínima base científica. Al contrario, responde más bien a la presión que están ejerciendo los partidos conservadores europeos en su afán por ganar el electorado rural.
"La concentración de manadas de lobos en algunas regiones europeas se ha convertido en un peligro real para el ganado y potencialmente también para los humanos", ha llegado a decir la Comisión Europea. Llama la atención que una institución hasta ahora considerada como diligente en la conservación del medio ambiente, se preste a decir en un comunicado que el lobo representa un peligro potencial para el ser humano. Con ello solo pretende nuevamente justificar una iniciativa contra el lobo a todas luces ajena al conocimiento científico. Digámoslo claramente: los lobos en Europa no representan, ni han representado desde hace siglos, peligro alguno para el ser humano. Es indecente que la Comisión Europea haya caído tan bajo, por coger de la mano a los lobbies conservadores.
En España, en la pasada legislatura, el Partido Popular perdió por seis veces las votaciones en distintas iniciativas presentadas en el Congreso y en el Senado contra la protección del lobo. Fue muy sonada la intervención de una diputada del PP argumentando como diez lobos la perseguían mientras hacía footing por los viñedos (!!), para justificar el levantamiento de su protección. No hace falta explicar aquí el tamaño del bulo. Pero, qué desproporción que un tema tan poco relevante como este lleve al principal partido de la oposición a un asalto político de tal calibre. El pobre lobo se ha convertido en una cortina de humo para tapar todos los problemas del campo español, empezando por cierto por el cambio climático que esas derechas niegan.
Ciertamente el lobo, como carnívoro depredador, puede causar daños al ganado, especialmente si no se adoptan las medidas preventivas necesarias para evitar esos daños. Pero Europa tiene los recursos y la capacidad para compensar por esos daños, como de hecho se hace en la mayor parte de los países. Incluso son muchos los casos en que la mera presencia de lobo en determinadas zonas hace que el ganado sea objeto de subvención.
En cuanto a la protección del lobo en España, los datos hablan de una disminución de los daños al ganado desde que el carnívoro esta protegido por la ley. Al parecer los estudiosos del lobo coinciden en que unas manadas mejor estructuradas, y no rotas por la caza, son mas eficaces en su actividades para conseguir presas salvajes y con ello se reduce la presión sobre el ganado.
Precisamente llama la atención que este anuncio se produzca sólo días después de que la Unión Europea aprobase una Ley de Restauración de la Naturaleza para reparar los daños causados a la naturaleza europea; la primera legislación de la historia que propone explícitamente restaurar la naturaleza de Europa, reparar el 80% de los hábitats europeos en mal estado y devolver la naturaleza a todos los ecosistemas, desde los bosques y las tierras agrícolas hasta los ecosistemas marinos, de agua dulce y urbanos. En virtud de esta propuesta de Ley de Restauración de la Naturaleza, se aplicarán a todos los Estados miembros objetivos jurídicamente vinculantes para la restauración de la naturaleza en diferentes ecosistemas que complementarán la legislación vigente. El objetivo es que las medidas de restauración de la naturaleza alcancen al menos al 20% de las zonas terrestres y marítimas de la UE de aquí a 2030 y se extiendan finalmente a todos los ecosistemas que necesiten ser restaurados de aquí a 2050. No se entiende, por tanto, que se quiera restaurar la Naturaleza pero dejando fuera a las especies que lo habitan, en especial los grandes carnívoros que tienen un papel tan importante en la conservación de los ecosistemas.
Esperemos que la anunciada reducción a la protección del lobo en Europa no se haga realidad. Sería el primer golpe a la anunciada voluntad de restaurar la Naturaleza europea. Y ese golpe se estaría produciendo sobre una especie fundamental para el equilibro. El lobo es el mayor depredador de la fauna europea, y merece ser conservado y recuperar parte de sus antiguos territorios. Europa no puede perder de esta manera tan vergonzante el liderazgo global en materia de conservación de la Naturaleza.
Comentarios
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