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Superávit de los poderosos, déficit de la periferia

Alfredo del Río
Miembro de Economía Alternativa

Las actuales políticas de devaluación interna (o de empobrecimiento social, según se mire) implementadas por varios gobiernos de la periferia europea tienen entre sus objetivos el de reducir los déficits comerciales. Dichas políticas económicas se basan mayoritariamente en la teoría económica convencional, la cual se articula en modelos con muchos supuestos fuertes y con unas conclusiones completamente ideológicas. Más concretamente, en el ámbito comercial, esta teoría es el principal sustento de las hegemónicas políticas librecambistas que implementan muchos gobiernos y que imponen las organizaciones internacionales como el FMI o el BM.

En primer lugar, muchos de los supuestos de partida de los modelos neoliberales de comercio internacional son completamente irreales. Por ejemplo, la existencia de una plena utilización de los factores productivos implica que las empresas funcionen constantemente a plena capacidad y que no haya desempleo. Cualquier profesor que enuncie esto en sus clases debería de avergonzarse no sólo porque en el Estado español la tasa de desempleo casi llega al 25% de la población activa sino porque en ninguna economía capitalista se ha conseguido jamás el pleno empleo real.

Por otro lado, en cuanto a las conclusiones, la teoría convencional afirma que todos los países se beneficiarán del comercio y que es imposible que existan déficits o superávits comerciales de manera persistente ya que una serie de mecanismos monetarios promoverán la ansiada situación de equilibrio (todos los consumidores pueden comprar todo lo que demanden y todos los productores vender todo lo que producen). Una vez alcanzada dicha situación ideal únicamente las distorsiones externas podrán romper ese climax. Nosotros nos preguntamos: ¿Qué pensará un defensor de esta teoría al ver el siguiente gráfico?.

balanza                               Fuente: Elaboración propia. Datos: UNCTAD.

Los datos expuestos evidencian la incapacidad de estos modelos para explicar la realidad europea actual ya que de los seis Estados analizados, la mitad permanece constantemente en una situación de déficit por cuenta corriente y la otra mitad en situación superavitaria permanente, con la salvedad de Alemania durante los primeros cinco años del período de estudio. Además es interesante resaltar como en vez de converger la situación comercial de los dos bloques de países, la tendencia es a separarse cada vez más. Aunque es cierto, que desde el estallido de la crisis en 2008, la reducción de importaciones en la periferia europea ha generado una leve mejoría de sus balanzas por cuenta corriente. Por tanto, la conclusión de la teoría neoliberal de que el libre comercio reduce las desigualdades y fomenta la convergencia económica de los países no se constata en la realidad europea, aun siendo ésta una de las zonas con mayor apertura del mundo.

Evidentemente, intentar explicar las causas de los déficits comerciales de los países del sur de Europa no es una tarea sencilla ya que múltiples factores influyen en dicha situación. Eso sí, las diferentes estructuras productivas de los Estados ostentan un gran peso en dicha explicación ya que éstas condicionan en gran medida el valor agregado de la producción de cada economía y, en consecuencia, tras exportar e importar mercancías o servicios, su posición comercial. A grandes rasgos, mediante una somera aproximación, podemos afirmar que las economías de países como Alemania o Suecia se caracterizan por potentes sectores industriales con altos niveles tecnológicos mientras que en los países seleccionados del sur de Europa destaca más el sector servicios, sobre todo el turismo, el cual suele identificarse por sus bajas tasas de productividad. Por tanto, las diferentes situaciones comerciales observadas en el gráfico nos muestran, en última instancia, que el proceso de construcción europea ha tendido a acentuar las divergencias productivas entre los Estados poderosos y los países perifericos.

En conclusión, la incapacidad de los modelos convencionales del comercio internacional para explicar la situación actual, hace aun más imprescindible una postura crítica ante las teorías existentes ya que así podremos aproximarnos mejor a la esencia de los fenómenos económicos y sociales que se están produciendo. Por tanto, para evitar cualquier adoctrinamiento, es necesario no aceptar lo "científico" como una verdad absoluta y ser capaces de analizar la realidad buscando la raíz de los hechos.

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