EconoNuestra

Otra política monetaria europea

Bruno Estrada
Economista. Director Estudios y Proyectos Fundación 1º de Mayo

Es posible otra política monetaria capaz de impulsar el crecimiento y el empleo. El comportamiento de los Bancos Centrales de EEUU (Reserva Federal) y la UE (BCE) tras la crisis financiera de 2007 ha sido muy diferente en relación con las políticas de expansión fiscal imprescindibles para salir de la recesión.

En el periodo 2007-2012 la Reserva Federal destinó 979 mil millones de $ a financiar a bajo coste la política fiscal expansiva del gobierno de EEUU, comprando directamente bonos del Tesoro. El BCE lo hizo en proporciones muy inferiores, tan solo destinó 201 mil millones de $ a comprar deuda pública de países del euro con problemas de financiación exterior y, al intervenir solo en los mercados secundarios, lo ha hecho a un coste mucho más elevado para el BCE y para los gobiernos de esos países. Los únicos beneficiarios fueron los inversores privados en deuda pública, que obtuvieron altas retribuciones por un supuesto riesgo de impago que luego el propio BCE se encargó de minimizar. Si el BCE hubiera actuado antes, y en los mercados primarios como la Fed, no se hubiera puesto el euro al borde del abismo y el coste del endeudamiento público para los países con problemas de financiación exterior hubiera sido mucho menor, y por tanto no habría habido tanta presión para desarrollar políticas de austeridad fiscal que han agravado la crisis. Además la compra por parte de un Banco Central de deuda publica en mercados secundarios no impulsa la economía real, ya que los propietarios privados de deuda pública utilizan los recursos recibidos para invertir en otros activos mobiliarios, permaneciendo ese dinero en el mundo financiero-especulativo, es decir favoreciendo a los más ricos sin que se incremente el PIB.

La experiencia de EEUU pone de manifiesto que una heterodoxa política monetaria expansiva, como la desarrollada por la Reserva Federal, puesta al servicio de una decidida política fiscal expansiva, ha permitido una recuperación más rápida de la senda del crecimiento económico y, por tanto, de la capacidad de crear de empleo. La expansión histórica del gasto público en los EEUU, hasta superar el 42,5% del PIB en 2009 y 2010, ha sido posible porque la línea divisoria entre la política monetaria y la política fiscal se ha difuminado. Como resultado de estas políticas la recuperación de la demanda nacional ha sido mucho más rápida en EEUU, desde 2010 hasta 2012 ha crecido a una media anual del 2%, mientras en el mismo periodo en la zona euro ha permanecido estancada. Las tasas de desempleo empezaron a descender en EEUU a partir de 2009, estando en la actualidad por debajo del 8%, mientras que el paro en la zona euro no ha dejado de crecer, situándose a finales de 2013 en un 12%.

Resulta evidente, por tanto, que las exigencias de rápida reducción del déficit público en la zona euro por parte del FMI, la Comisión Europea y el BCE solo pueden ahondar la crisis en países como España, donde dichas políticas de austeridad no son capaces de ofrecer ninguna perspectiva de que en un futuro cercano se puedan alcanzar los niveles de empleo y bienestar social que había antes del estallido de la crisis.

Este artículo forma parte del debate sobre Otra Europa abierto en Espacio Público, en este mismo periódico, donde pueden consultarse más opiniones e intervenciones a partir de la ponencia presentada por econoNuestra.

Más Noticias