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Madrid sostenible

Fernando Prieto
Ecólogo. Observatorio de la Sostenibilidad

Posible hoja de ruta para hacer un Madrid más sostenible: desigualdad, salud, cambio climático y biodiversidad.

Es difícil imaginar un Madrid sostenible. En realidad es muy difícil. El reto es colosal. Sería necesaria una visión a futuro, una idea conjunta compartida por los habitantes y luego ir poniendo los medios para ir llegando a ella. Los ejercicios que se han hecho de Madrid 2020 u otros adolecen de participación y de inclusión de temas ambientales o cambio climático, además de falta de comunicación y transparencia.

Un Madrid más sostenible es una gran fuente de ahorro que seguro que una de las primeras preocupaciones de nuevo equipo municipal. A continuación se señala una posible hoja de ruta, para tender a ese ideal que desde luego no se va a ser alcanzar en 4 años. Pero el camino se hace andando. El objetivo final será mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.

Seguro que se intentan solucionar los casos de pobreza extrema, o los todavía más llamativos de pobreza de niños (uno de cada diez según la Caixa, 840 mil en toda España sobre todo de los niños que viven en un hogar con unos ingresos inferiores a 632 euros al mes y que además está aumentando. Además habrá que solucionar el acceso a suministros esenciales, que son derechos humanos, como el agua o la energía. Los casos de pobreza hídrica o energética son perfectamente solucionables. Además intentará abaratar los elevados precios de electricidad, gas o agua. Se buscará reducir al máximo los desahucios, explicando a los bancos la profunda interrelación entre ellos y la corporación, y buscará soluciones satisfactorias para todos. Como último caso se buscaran alternativas habitacionales para que no haya familias en la calle mientras existen docenas de miles de pisos vacíos. Por supuesto intentará crear empleo, intentando que se bajen los escandalosos niveles de paro que tenemos. Con estas y otras actuaciones disminuirá la desigualdad social en Madrid, reto clave en cualquier democracia avanzada en el mundo.

Pero, pensando en sostenibilidad, sin duda, una de las primeras actuaciones será solucionar el gravísimo problema de la calidad del aire en Madrid. Es decir, que la contaminación no afecte a la salud. Así, la administración, informará masivamente en televisión, radio, prensa, instalará paneles informativos, realizará y extenderá el uso de apps ofreciendo información geoposicionada, y difundirá alertas tempranas a colegios y hospitales para minimizar la exposición de la población en momentos de máxima. Por supuesto, completará la red de calidad del aire con la puesta en marcha de nuevas instalaciones de vigilancia y la utilización de los mejores modelos disponibles. Además adoptará protocolos como avisar a los colegios (que no sean realizadas clases de gimnasia en el exterior), o avisos para colectivos más sensibles como ancianos, niños, mujeres embarazadas, alérgicos, asmáticos,.. e incrementa las afecciones cardiacas, respiratorias y alérgicas etc. También informará de la calidad prevista las próximas horas. Los avisos se extenderán a otras administraciones fuera de la ciudad que tengan elevados niveles de contaminación, por ejemplo, de ozono. Los actuales protocolos de aviso se harán más estrictos igual que otras ciudades europeas. Se tomarán medidas como impedir circular coches con determinado número de matrícula, paralizar fábricas e industrias, transportes públicos gratuitos, etc. Reducirá las emisiones de una forma estructural y no solo en episodios extremos, iniciando una transición hacia una ciudad más limpia, tanto del tráfico, señalizando los coches más contaminantes, todoterrenos, haciendo que las flotas de autobuses, taxis y repartidores emitan menos. Buscará un modelo de transporte público, coches compartidos, alquiler de bicicletas, motos eléctricas logrando un modelo de movilidad más sostenible. También controlará y disminuirá las emisiones industriales y energéticas, (incluso de pequeñas instalaciones) que afectan a la calidad del aire y que suponen una cuarta parte de emisiones de algunos contaminantes.

También se preocupara por los contratos de residuos que se han firmado para largos periodos de tiempo, analizando la posibilidad de un tercer contenedor para materia orgánica. Buscará como establecer precios justos y ventajosos contratos para los ciudadanos. Se potenciará la reducción, el reciclaje y la reutilización. Se analizará la corriente de cada residuo para ver las posibilidades de minimización. La economía de los subproductos puede generar empleo con el aprovechamiento y reciclaje para su reincorporación en la cadena de producción. Hoy es mínima la parte que se separa en la corriente de residuos del vertedero. Se reducirá la fracción que se incinera, las ventajas serán tanto la reducción de emisiones de efecto invernadero como las que afectan a los habitantes. Se buscarán modelos que disminuyan la producción de residuos y el reciclaje de todos los materiales buscando una economía circular de residuos cero.

El tema del agua es fundamental. Tanto por el abastecimiento, con la elevada calidad del recurso y por el vertido, que hoy presenta problemas. Se dice que el Manzanares cuando llega a Madrid lleva unos 3 metros cúbicos por segundo y que cuando sale lleva unos 12 metros cúbicos. No es difícil saber cuál es el origen de la diferencia entre las dos cantidades. La adecuada depuración de estos vertidos hoy no se realiza. Se debe conseguir que el 100% de las aguas estén depuradas, con tratamiento terciario, extrayendo la materia orgánica y que se depure el total también en caso de tormentas. El agua que se vierta en Madrid no debe oler. Además velará para no subir el precio. Así, no permitirá la privatización del agua. El ayuntamiento es accionista del Canal de Isabel II y su opinión es decisiva en este proceso privatizador iniciado por la Comunidad de Madrid.

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Imagen: Fernando Prieto

La preocupación por la biodiversidad, es otro aspecto de futuro. Fomentar las infraestructuras verdes que conecten con los arroyos, bosquetes, zonas naturales y espacios protegidos de fuera de la ciudad, crear corredores naturales con cubiertas y terrazas verdes, huertos urbanos, jardines verticales... posibilitando una ciudad más verde, con más especies. Los diferentes planes e intervenciones incluirán de una forma determinante esta iniciativa, así como los nuevos barrios. El plan urbanístico considerará esta variable de una forma prioritaria en su aprobación. Este aspecto es fundamental en el escenario de cambio climático que se apunta más adelante.

Otro aspecto clave es el cambio climático, la ciudad deberá reducir sus emisiones, además de empezar a adaptarse, (agravado por el efecto de isla de calor), y hacerse más resiliente y ahí las infraestructuras verdes son muy importantes. Deberán definirse y blindarse las infraestructuras críticas pensando en cambio climático, aunque todas deberán adaptarse, especialmente las de agua, así como iniciar actuaciones en los barrios más vulnerables –en general los de menor renta- y colectivos como personas mayores y niños. Ya se han detectado incrementos en las temperaturas, sobre todo "olas de calor" y habrá más sequias y mayor irregularidad de las precipitaciones. El aumento de las temperaturas generará mayores demandas de agua y energía por la mayor utilización de aire acondicionado en verano. En zonas forestales como la Casa de Campo, habrá un incremento de incendios.

La alcaldesa promoverá masivamente la instalación de energías renovables con el fin de emitir menos, pero también y sobre todo de ahorrar costes. Las enormes superficies de polideportivos, naves, instalaciones municipales se cubrirán paulatinamente de paneles solares, tanto para agua caliente como células fotovoltaicas. La importancia económica de Madrid permitirá que se puedan negociar con las compañías y que se firmen acuerdos ventajosos para los ciudadanos. Estos programas de energías renovables se podrán relacionar con casos de pobreza energética como pasa en Estados Unidos. Además se implantaran sistemas de ahorro y aumento de eficiencia como lámparas de leds, sistemas de automatización de encendido/apagado, ayudas a rehabilitación y eficiencia energética, etc.

La corporación integrará la compra y contratación verde, es decir, que se compre con criterios de sostenibilidad y que potencie sectores ecológicos o más sostenibles, como el uso de productos de agricultura ecológica en los comedores de colegios, uso de tecnologías verdes que ahorren energía o que utilicen menos tóxicos. La contratación premiará a las empresas más verdes. También dará ejemplo de comportamiento sostenible en gestión de residuos, consumo de agua, energía, ahorro en el uso de recursos, etc.

En otras ciudades ha habido experiencias exitosas en este sentido que no se han desarrollado en Madrid. Por ejemplo, Barcelona creó la Agencia de Ecología Urbana en el año 2000 que ha realizado proyectos aplicando un enfoque sistémico para reorientar la gestión de las ciudades hacia un modelo más sostenible, aportando soluciones en movilidad, energía, residuos, urbanismo, agua, biodiversidad y cohesión social. Esta ciudad también es referencia en resiliencia. En Sevilla se creó la Agencia Local de la Energía, con actuaciones muy interesantes en eficiencia, ahorro, indicadores, etc. En cualquier caso es necesario el cambio de mentalidad. Hay que buscar la máxima participación y explicando a los ciudadanos lo "cool" que es ser sostenible y las ventajas que tiene para todos y las generaciones futuras.

La sostenibilidad, como hemos visto tiene mucho que ver con la primera preocupación de nuestro alcalde y con las propias cuentas del municipio. Una adecuada gestión del agua, los residuos o la energía ahorrara dinero, mucho dinero. Una disminución de la contaminación ahorrara al sistema sanitario. Una adecuada adaptación al cambio climático minimizará los riesgos futuros, etc... La gobernanza y la participación con adecuada explicación a los ciudadanos y con elevados niveles de transparencia serán claves para este futuro inmediato.

Dentro de cuatro años se podrá analizar la gestión municipal y ver cuáles han sido los resultados finales. Se podría hacer cada año, o cada seis meses, como se hace en sociedades más avanzadas y participativas, pero seguro que como mínimo se hace en ese momento. Se podrán evaluar las políticas aplicadas y la percepción que tiene los ciudadanos de estas políticas. Pero, sin duda, si se apuesta por el medio ambiente y la sostenibilidad se habrá contribuido a un futuro más sostenible.

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