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Cataluña y la ausencia de Estado

Álvaro Gaertner Aranda
Miembro del Círculo 3 E de Podemos

Hemos asistido a una campaña electoral en la que se ha hablado mucho de la independencia de Cataluña, ese paraíso terrenal según los independentistas que se torna en el Apocalipsis si hablan de ella los nacionalistas españoles. Yo no quiero entrar en este artículo a discutir si la independencia sería buena o mala para Cataluña, quiero hablar fundamentalmente de algo de lo que creo que se ha hablado poco en la campaña y que debería haber tenido algo más de protagonismo, el cómo se va a lograr o no esa independencia.

En la anterior legislatura, los independentistas apostaron por la vía de la reforma, a través de un referéndum pactado con el Gobierno Español, que si se diese el caso de que saliese que sí a la independencia, daría paso a una negociación sobre los términos de la ruptura. Esta vía se dió por fracasada al no lograr que hubiese un referéndum negociado, y se pasó a considerar una vía que podríamos calificar de revolucionaria, la vía de la DUI (Declaración Unilateral de Independencia). Esta vía presupone que si hay una mayoría independentista en el parlamento catalán en un momento dado, que para la CUP sería inmediatamente y para Junts pel Si en 18 meses, éste votará una DUI y Cataluña pasará un Estado independiente, y la califico de revolucionaria porque implica una ruptura unilateral y no acordada con el Gobierno Español.

Esta revolución, como todas las revoluciones, presupone que de alguna manera el día después de la DUI todas las competencias y el poder que tenía el Estado Español pasará a tenerlo el Estado catalán, y es aquí donde creo que se encuentra el punto débil del razonamiento. Tal y como indicaba Alfons López Tena en una entrevista en el diario, cuando indicaba que ya desde 2012 CDC y ERC querían empezar a construir las estructuras del nuevo Estado desde el gobierno autonómico, y que al no haber sido capaces de construir ninguna hasta ahora, vuelven a plantear en el programa de Junts Pel Sí construirlas ahora en un periodo de 18 meses.

Esta ausencia de estructuras de Estado que indicaba este exdiputado de SI, ya sea debida a que el Tribunal Constitucional, que últimamente apenas se diferencia del gobierno, tumbó algunas de ellas como la Agencia Tributaria Catalana, o a que CDC y ERC no han hecho lo suficiente para construirlas, supone un grave escollo para esta vía. La ausencia de estructuras de Estado que permitiesen que la independencia fuese real y no una mera declaración de intenciones hace que la propuesta de la CUP a este respecto de hacer una DUI inmediatamente sea inaplicable o no tuviese ningún efecto. Esto pasaría porque al día siguiente de hacer esa DUI, las sentencias se seguirían dictando de acuerdo a las leyes españolas, la Agencia Tributaria española seguiría cobrando los impuestos en Cataluña y la mayor parte de la Administración y las fuerzas de seguridad seguirían siendo españolas y obedeciendo las instrucciones del Estado Español.

Por otro lado, la estrategia de Junts Pel Si de utilizar los siguientes 18 meses para construir dichas estructuras se choca de nuevo con el impedimento de intentar hacerlo desde su estatus de Comunidad Autónoma, que haría que el TC siguiese bloqueando la construcción de esas estructuras y dejaría la DUI planteada por Junts Pel Si sin contenido también. En una revolución tradicional esta falta de estructuras de estado se podría solventar mediante la toma por la fuerza de las mismas, que no va a pasar en este caso porque los catalanes no tienen capacidad ni mucho menos ganas para hacerlo.

También se podría solventar con un gran movimiento de base de desobediencia civil por parte de la sociedad y sobre todo de los funcionarios, que no es algo factible si la independencia contase sólo con un 50 % de los votos en las elecciones, puesto que un movimiento de estas características requeriría de una posición casi unánime para tener éxito. Si pese a todo esto ambas candidaturas decidieran seguir adelante con el plan de la DUI, lo único que tendría que hacer un gobierno inteligente sería no hacer nada. Una DUI sin estructuras de Estado detrás no tendría ningún efecto ni a nivel interno, puesto que el gobierno catalán no podría hacerse cargo de todas las competencias, ni a nivel externo, porque nadie se tomaría en serio la declaración de independencia de un país sin Estado. Esto sería diferente si el gobierno no fuese inteligente, como parece el gobierno nacionalista que tenemos actualmente, e intentase llevar a cabo alguna medida represiva contra cargos del gobierno catalán, parlamentarios o una suspensión de la autonomía catalana. En el muy corto plazo esto reduciría bastante las posiblidades de independencia, pero el aumento de independentistas que conllevaría y la más que posible reacción exterior a la represión harían que en el largo plazo la independencia por la vía revolucionaria fuese más factible, en parte porque el movimiento de desobediencia civil que ahora sería imposible entonces podría tener éxito.

Por todas estas razones, creo que la ausencia de estructuras de Estado y de la posibilidad de conseguirlas hace muy difícil la consecución de la independencia por la vía de la DUI. Por ello, creo que la única solución posible y legítima a la cuestión catalana pasa por la vía que los independentistas descartaron después del 9-N, la convocatoria de un referéndum acordado con el Estado Español. A este respecto los independentistas podrían argumentar que esa vía ya la intentaron, pero estarían obviando la posibilidad de que haya un nuevo gobierno después de diciembre y sobre todo el enorme precio que paga cualquier gobierno cuando se opone a la democracia, cómo ha pasado en el caso catalán al subir los partidarios de la independencia desde menos del 20% que había antes a cerca del 50 % de los que tienen intención de votar en estas elecciones.

Cualquier gobierno inteligente que salga de las siguientes elecciones sabrá que el precio de oponerse a que se ejercite la democracia en Cataluña sería tan grande y haría crecer tanto el independentismo que haría posible la independencia por la vía unilateral de la desobediencia civil, y por lo tanto sería contraproducente. Por tanto, creo que el gobierno que salga de las siguientes elecciones, que espero que sea de una candidatura de unidad popular que reconozca el derecho a decidir, apostará por negociar la fecha de un referéndum sobre la independencia para situarse del lado de la democracia y dejar de fabricar independentistas, y a partir de ahí el gobierno catalán aceptará la oferta, se hará el referéndum y el bando que lo gane por fin tendrá la legitimidad necesaria para cerrar este tema de una vez por todas.

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