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Una tendencia negativa de raíz: el crecimiento de la desigualdad extrema

María Villanueva
Oxfam Intermón

Con motivo de reunión de Davos, Oxfam lanza un informe sobre el que debería ser el tema principal a abordar por los poderes económicos: la desigualdad extrema sigue creciendo, tanto globalmente - el 1% de la población mundial posee ya más riqueza que el 99% restante - como en España - somos uno de los países de la OECD en los que más ha crecido la desigualdad desde el inicio de la crisis, tan sólo por detrás de Chipre y casi 10 veces más que el promedio Europeo.

Como indica Emilio Ontiveros en su artículo incluido en el informe, esta desigualdad actúa como una amenaza al crecimiento sostenible. Joaquín Estefanía, por su parte, indica que una de las causas de que la brecha entre ricos y pobres sea cada vez mayor es la reducción de la capacidad distributiva de los Estados. Efectivamente, hay que impulsar políticas que contrarresten esta tendencia, ya no sólo por garantizar periodos más largos de crecimiento en el ciclo económico, sino, sobre todo, para abordar de forma eficiente la lucha contra el enquistamiento y aumento de la pobreza. Una de las formas más efectivas y factibles con las que cuenta una sociedad para ello, es la fiscalidad - la forma de recaudar los ingresos y las prioridades o destino de los gastos que tienen los Gobiernos y reflejan en sus sistemas fiscales y Presupuestos Generales.

España es el segundo país de la Unión Europea en el que más ha crecido la distancia entre el 20% con más rentas y el 20% más pobre, tan solo por detrás de Estonia. Sin embargo la recaudación vía impuestos sigue siendo insuficiente: el mayor esfuerzo recae sobre las familias (el 85%). La ausencia de medidas fiscales para contrarrestar la desigualdad de ingresos ha reinado durante la crisis: no se ha aumentado la progresividad del sistema fiscal de forma que se logre la redistribución del crecimiento y mejorar hacia la igualdad de oportunidades. Al contrario, como indica el informe de Oxfam, en el último año, el patrimonio de las 20 personas más ricas de España se incrementó un 15% mientras la riqueza del 99% disminuyó un 15%.

Y en realidad, las grandes empresas y grandes fortunas llegan a tributar proporcionalmente menos que las PYMES y trabajadores, en parte, por el traslado de sus beneficios y patrimonios a paraísos fiscales. Como muestra Oxfam, en 2014 la inversión mundial que se dirige a paraísos fiscales fue casi cuatro veces mayor que en 2001. Siguiendo el mismo informe, en 2014, en España se crean 126 nuevas SICAVs y las empresas del IBEX35 aumentan en un 44% sus filiales en paraísos fiscales: la recaudación por los rendimientos de capital cae un 12,6% y por Impuesto de Sociedades un 6,18%.

En nuestro país se hace urgente establecer medidas que garanticen la redistribución del crecimiento económico y la riqueza, de forma que éste no se concentre cada vez más en menos manos que además soportan una menor presión fiscal.

El futuro Gobierno y el nuevo Parlamento deben fijarse como prioridad aumentar la progresividad del sistema fiscal en su conjunto, contribuir internacionalmente para acabar con los paraísos fiscales, y priorizar partidas sociales de gasto para facilitar el acceso a las mismas oportunidades a toda la población. Es el momento de acabar con la era de los paraísos fiscales, si queremos poner coto a la desigualdad extrema. La inacción es un lujo que no nos podemos conceder. Únete.

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