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¿Por qué el modelo de Podemos es Dinamarca y no Venezuela?

Francisco Moreno
Miembro del Círculo de Economía, Ecología y Energía de Podemos (*)

"Una alternativa bolivariana para España y para Europa sería una catástrofe sin paliativos. Ojalá no llegue pero, si llega, uno tendría el consuelo de decir 'yo ya lo dije'", Felipe González, presidente del Gobierno de España entre 1982 y 1996.
"Los ejemplos nórdicos, el bienestar en Dinamarca o Suecia, deben ser los ejemplos en España", Pablo Iglesias, secretario general de Podemos.

Un porcentaje no menor de españoles, sobre todo aquellos en los tramos de edad más avanzados, sufren ante la eventualidad de que Unidos Podemos llegue al Gobierno y con ellos muchas de las dificultades con las que se enfrenta cada día el pueblo de Venezuela.

Este temor ha sido y sigue siendo alimentado por los medios de comunicación y los líderes de otros partidos. Los portavoces de Podemos insisten en que carece de fundamento trazar paralelismos entre la realidad de España y la de Venezuela y que en cualquier caso sus referentes son las democracias escandinavas.

¿Plantea el programa de Podemos medidas similares a las tomadas por los gobiernos de Venezuela? En el caso de que Podemos tenga una agenda oculta no visible en su programa electoral, ¿se dan las condiciones objetivas para que en España se reproduzca una situación similar a la de Venezuela? O por el contrario, ¿es creíble que Unidos Podemos tenga una propuesta socialdemócrata semejante a las implantadas en el norte de Europa?

Para intentar dar respuesta a estas preguntas, en primer lugar, considere aquellos aspectos de la situación en Venezuela que más controversia suscitan entre los ciudadanos y lo contrasto con el programa de Podemos y con la realidad española:

1) El desabastecimiento. No es nuestro propósito entrar en el debate sobre la causa del desabastecimiento en Venezuela, sino evaluar la posibilidad de que se reproduzca en España como consecuencia del ascenso de Unidos Podemos al Gobierno. Para ello asumiremos el argumento defendido por quienes alertan de este riesgo pues según su tesis la repetición de las mismas políticas provocarán similares resultados. Bajo esta premisa habría sido el control de precios de los productos básicos establecido por el Gobierno de Hugo Chávez lo que desincentivó la producción interna al estipular unos precios de venta por debajo de los costes de la manufactura. La merma de la producción se habría compensado con importaciones, pero la caída de los precios del petróleo desde 2014 redujo drásticamente la cantidad de divisas que entraban en Venezuela, ya que el petróleo representaba aproximadamente el 96% de sus exportaciones, y por tanto la cantidad de productos que se podían importar y que finalmente llegaban a los supermercados.

¿Se podría reproducir una situación similar en España? Podemos no plantea medida alguna de control de precios de los productos básicos. En su lugar, para garantizar que todas las familias accedan a los bienes de primera necesidad, propone una renta básica similar a la que existe en Dinamarca. Además, la economía española, por múltiples razones que escapan al objetivo de este artículo, no sufre una dependencia tan acusada de la exportación de materias primas, y en particular del petróleo, para nutrir su reserva de divisas. Cualquier paralelismo al respecto carece de todo fundamento.

2) La inseguridad ciudadana. Según cifras de la ONG venezolana PROVEA (Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos) contempladas en el Libro de Homicidios Globales de 2014 de la ONU, la tasa de homicidios en Venezuela en 2012 era de 53,7 asesinatos por cada 100,000 habitantes, la segunda más alta del mundo en tiempos de paz, solo superada por Honduras. Según esta misma ONG en 1999, año en que toma posesión Hugo Chávez como presidente de Venezuela, la tasa de homicidios era de 25 por cada 100,000 habitantes. En España este indicador se sitúa actualmente en 0,65 homicidios por cada 100,000 habitantes, muy alejado de los valores en Venezuela tanto a día de hoy como en 1999. La actuación de la policía venezolana se ha visto severamente entorpecida por unos niveles muy elevados de corrupción antes y durante el periodo de gobierno bolivariano, en línea con lo que ha venido siendo un problema crónico en varios países de América Latina. La policía española, por su parte, es una de las instituciones públicas más valorada por los ciudadanos según los barómetros del CIS. Comparamos de nuevo realidades muy diferentes que trascienden con mucho al color del gobierno de turno.

3) El respeto a los derechos humanos. Amnistía Internacional recoge en sus informes denuncias de juicios sin garantías y encarcelamientos por motivos políticos como el del exalcalde de Chacao, Leopoldo López. Podemos asegura que condena todas las violaciones a los derechos humanos, pero algunos políticos y periodistas dudan de la sinceridad de estas declaraciones, y avisan de que situaciones similares se darán en España si Unidos Podemos llega al gobierno.

¿Qué tendría que ocurrir para que los líderes de la oposición en España acabasen entre rejas por una decisión caprichosa de un supuesto gobierno de Podemos? Los jueces tendrían que obedecer dicha decisión, para lo cual habría que cercenar de nuestro ordenamiento el principio de separación de poderes, del todo inviable, aunque Podemos albergase tan maquiavélico propósito, dado el juego de mayorías requerido para un cambio constitucional de tal entidad. Otra opción sería intimidar o manipular a los jueces, también muy alejado de la realidad española, donde el poder judicial tiene un sólido historial de sentencias y decisiones contra la corrupción del poder político al más alto nivel. En definitiva, para entender por qué demasiados líderes políticos españoles acabarán en prisión, con o sin Podemos en el Gobierno, tendremos que mirar más a Suiza y Panamá que a las posiciones políticas que tomen en el marco del ejercicio de sus sacrosantos derechos civiles.

Podemos concluir por tanto que la réplica en España de una situación similar a la de Venezuela es una hipótesis de trabajo muy alejada de la realidad, no solo por las propuestas programáticas de Podemos, sino también y fundamentalmente porque la situación en ambos países, tanto ahora como antes del advenimiento de Hugo Chávez, es muy diferente. Más allá de las críticas que podríamos hacer al Gobierno de Venezuela, no deberíamos olvidar como el expolio sufrido por países ricos en materias primas, donde élites extractivas nacionales y foráneas han propiciado todo tipo de estructuras corruptas e ineficaces, marcan una impronta que trasciende la gestión más reciente de sus gobiernos.

Ahora bien, ¿existen motivos para sostener que el proyecto de Unidos Podemos se fundamenta en las democracias escandinavas de forma más sincera que otros proyectos que reclaman también para sí esta fuente de inspiración? Consideremos ahora aquellos aspectos que más envidiamos en estos países y contrastémoslos con las propuestas y el proceder de nuestros partidos.

1) Servicios públicos de gran calidad. Citeo a un economista neoliberal, Milton Friedman: "There ain't no such thing as a free lunch". Tendremos los servicios públicos que estemos dispuestos a sufragar. A día de hoy, el modelo fiscal español, del que son coautores PP y PSOE, sitúa a España a la cola de la recaudación en la Zona Euro (34,4% del PIB). Solo la recaudación de Irlanda es inferior. El promedio de la Zona Euro es del 41,5% del PIB y la de Dinamarca del 50,8%. Ante esta situación el de Unidos Podemos es el único programa que plantea una reforma fiscal integral para implantar en España el modelo europeo que consiste en recaudar lo que necesitamos para sufragar los servicios públicos que queremos. No hay discurso más sincero en apoyo de los servicios públicos que el que defiende garantizar los fondos necesarios para suministrarlos de forma sostenible.

2) Niveles de corrupción de los menores del mundo. A este respecto es clave recordar como la deuda de los partidos ha sido un detonante para construir una red clientelar entre las finanzas de estos mismos partidos y grandes empresas dispuestas a pagar peajes para contratar con la administración. Es por tanto en la génesis del problema donde resulta imprescindible poner remedio y aplicar fuertes dosis de austeridad.

Podemos es el único gran partido que no solicita préstamos a los bancos y que financia sus actividades mediante campañas de crowdfunding y microcréditos concedidos por sus simpatizantes. Y es por ello que ningún representante de Podemos tendrá que negociar en los reservados de los restaurantes acuerdos ajenos a los intereses de los ciudadanos, que alimentan un régimen de corrupción que nos aparta de las mejores prácticas de los países con preeminencia socialdemócrata del Norte de Europa.

3) Porque tiene un modelo productivo diversificado y con una presencia importante del conocimiento y las nuevas tecnologías. En el marco de la doctrina ideológica que el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz designa como fundamentalismo de mercado, tanto el PSOE como el PP han apostado, sobre el papel, por no tomar un rol activo en la economía de cara a orientar el modelo productivo de nuestro país. Y decimos sobre el papel, porque en la práctica han generado inmensos incentivos al desarrollo de las empresas dedicadas a la obra civil y a la prestación de servicios públicos externalizados, al ofrecer a los inversores unos márgenes muy superiores a los del mercado siempre y cuando estuviesen dispuestos a pagar las mordidas correspondientes. Esto no solo ha tenido un impacto en términos de pérdida de recursos para los ciudadanos, sino como coste de oportunidad para el desarrollo de sectores productivos sostenibles y competitivos internacionalmente. Frente a estas políticas que navegan entre la inacción ideológica y la corrupción, Podemos propone desplegar estímulos públicos que involucren a la empresa privada y que permitan desarrollar sectores económicos de alto valor añadido donde emplear a la generación mejor preparada de nuestra historia.

En definitiva, sostener que un gobierno de Podemos puede desencadenar en España una situación similar a la que a día de hoy vive Venezuela, es una tesis carente de todo fundamento cuyo único objetivo es atemorizar a los ciudadanos para impedir un cambio real que democratice la economía, y rompa las redes clientelares de corrupción que impiden que nuestro país progrese en la línea de constituir una democracia avanzada inspirada en los modelos escandinavos.

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(*) El autor es miembro del Círculo de Economía, Ecología y Energía de Podemos si bien este artículo lo escribe a título exclusivamente personal y no representa una posición del Círculo y/o de Podemos.

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