El dedo en la llaga

Las nuevas naciones

El término "nación" no sólo ha recibido desde antaño usos muy diversos, sino que cada día que pasa cobra sentidos más imprecisos y subjetivos. Eso les repatea a quienes identifican "nación" con "Estado" o no ven a la idea de "nación" más dimensión posible que la jurídico-política. Para ellos, hablar de "la nación árabe" –expresión muy común entre los concernidos– es un sinsentido. Les excede tanto lo muy grande como lo muy pequeño: tampoco entienden que haya amerindios que hablen de "la nación sioux", por ejemplo. En los EEUU, muchos afroamericanos se definen como "nación". Y lo mismo no pocos latinos.
Los poderes occidentales han fraguado su imagen, tanto ante los demás como ante sí mismos, amparándose en las identidades que les proporcionaban los estados-nación. Pero ese recurso ha entrado en crisis. Primero, por los efectos de la globalización uniformizadora, que hace que en el Primer Mundo cada vez todo se parezca más a todo. Y segundo, por las nuevas contradicciones y hostilidades que generan nuestras sociedades supuestamente avanzadas, que incitan a la aparición de colectividades de autodefensa más próximas y tangibles. A muchos, los problemas de identidad no se los resuelve ninguna documentación: más decisivo, a la hora del vivir de cada día, puede ser el color de su piel, su acento, sus creencias, el barrio en el que viven, su grado de marginalización o de integración en la sociedad del bienestar... e incluso su edad (por defecto o por exceso).

No hablo ahora de las reivindicaciones vascas o catalanas, ni de la peculiar "idea de España" que alientan nuestros más rancios españolistas, sino de un fenómeno más extenso y multiforme. Lo que está corroyendo el fundamento ideológico de los viejos nacionalismos estatales es el hecho de que, salvo para el fútbol y otras representaciones tribales esporádicas, las viejas grandes identidades nacionales tienen una función social cada vez menos operativa.
Da lo mismo lo mucho que se igualen las apariencias trasnacionales. Cada vez es más la gente que se siente de la nación que forman quienes comparten sus mismas angustias. Su misma deslocalización.

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