El detonador

Natalie Merchant, ¡qué tía!

Cuando un músico consagrado del pop o el rock se acerca con una retahíla del tipo "he querido hacer un disco donde incluir todos los géneros musicales que siempre me han gustado", ponte a temblar porque hay muchas posibilidades de que sea un ladrillo.

Si además son poemas musicados, el peligro aumenta exponencialmente: todo apunta a que se le ha secado la inspiración y tira de literatura para ponerle salchichón al bocadillo.

Si el disco, por si fuera poco, es doble, y supone el regreso tras varios años en el dique seco, directamente lo guardas en un cajón y te pones, por ejemplo, lo nuevo de Vampire Weekend (álbum que, por cierto, sufre de otro curioso efecto del que hablaré en próximas entradas).

Todo esto no me lo estoy inventando, no. Es exactamente lo que pensé cuando recibí el nuevo trabajo de Natalie Merchant, 'Leave your sleep', que se publica el próximo mes de abril tras siete años sin disco de estudio. Pero en lugar de ponerme a Vampire Weekend, tuve que armarme de paciencia y me vi obligado a escalar sus empinados 100 minutos... ¿Masoquismo? No, tenía que entrevistarla (porque uno se prepara las entrevistas...).

Para mi sorpresa, el disco de la ex cantante de 10.000 Maniacs tiene muy poco de aburrido. Todo lo contrario: desprende emoción y buen gusto, suena clásico pero no viejo, huye de los exhibicionismos vocales e instrumentales (tan habituales en este tipo de álbumes) y concentra toda su sustancia en la belleza de la canción.

Podría incluso decir que contiene algunas de las mejores canciones que he escuchado este año. Y lo voy a decir: las contiene. Especialmente dos temas como 'It makes a change' (ojo al momento en que entra la sección de vientos, cerrando la canción con unas animosas estrofas finales) y 'If no one ever marries me' (con una melodía por la que Taylor Swift daría un riñón).

(Aquí estaban colgadas las dos canciones, pero me han llamado de Warner para que las quite porque el disco no sale hasta el 6 de abril. Yo, obediente, lo hago. Sabiendo cómo está el patio...).

Cuando me descubrí tarareándolas medio hipnotizado, pensé: ¿me estoy haciendo viejo? ¿Realmente me está emocionando un disco doble de poemas musicados por Natalie Merchant? ¿Un disco interpretado por músicos virtuosos de bluegrass, jazz (el mismísimo Wynton Marsalis), reggae, R&B, música de cámara, oriental, balcánica e incluso de raíces celtas?

San John Lydon, ¿por qué me has abandonado? Yo no quería, pero...

Natalie ha hecho una pirueta doble. No sólo entrega varias canciones pop de altura (porque en el fondo el espíritu del disco es pop, al menos en el primer CD), sino que lo ha hecho a partir de poemas, un trabajo que se presupone complicado.

Reconozco que en el segundo disco se pasa con la música de cámara. Pierde en variedad, accesibilidad e impacto.

Pero siempre se puede sostener con su voz, insuperable. Natalie mira de tú a tú a las grandes, sobre todo porque entiende qué voz pide cada canción y no recurre a patrones ya establecidos (como hacen, sin ir más lejos, casi todos los cantantes de 'OT' -no les culpemos, son aficionados- y las de Ella Baila Sola...).

Además, sale victoriosa cuando se lanza a géneros alejados a su registro habitual. Ya escucharéis en su momento el magnífico blues 'The Peppery Man', la oriental 'The king of China's daughter' (una genialidad con aire fantasmal) y un cálido reggae que recuerda a Desmond Dekker, 'Topsyturvey-World'.

Por ahora, habrá que conformarse con el vídeo de arriba, un programa especial de la BBC donde interpreta dos temas del disco en formato acústico: 'The man in the wilderness' y la pieza que abre el álbum, 'Nursery rhyme of innocence and experience'.

Luego me decís qué tal.

PD: Por cierto, la próxima semana este artefacto digital llamado El Detonador cumple un año. Lo celebraremos con alguien que generosamente ha querido regalarnos algo. A ti, sobre todo.

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