El detonador

Burial, el rey del verano

Las vacaciones, ese privilegio que se le da al trabajador (por ahora), sirven para muchas otras cosas además de para pensar más de la cuenta e imaginarnos lo que no logramos siquiera atisbar en ese día a día rutinario y monolítico en el que nos dejamos consumir por sus intereses y también por nuestro miedo.

Como decía, las vacaciones sirven, también, para recuperar discos que por 'hache' o por 'be' no lograste escuchar a fondo en su día y que esperan pacientemente una generosa oportunidad. En agosto recuperé a Burial, el rey del 'dubstep', el rey del verano (al menos, del mío).

Burial tiene dos discos, publicados en 2006 y 2007, pero el primero, homónimo, es infinitamente mejor que el segundo, 'Untrue', que no está mal, pero que es como una gotita de agua al lado del vasto océano abisal que fue su debut.

La riqueza de aquel disco era y es y será desbordante. Burial, artista desconocido que ni da conciertos, ni entrevistas, ni se hace fotos, despliega tantos recursos como Roger Federer en una pista de tenis en sus buenos tiempos. Con el dub y el drum 'n' bass como terreno de juego, el músico se inventa una atmósfera espectral y apocalíptica a base de ritmos hipnóticos, voces fantasmales y una paleta de sonidos tan variada como estremecedora. Sí, estremecen sus sonidos.

Es un pintor, es Kandisnky jugando con tres colores y dos líneas, combinando sonidos y ruidos con una exquisitez, con un gusto y una contención que te mantienen pegado a los auriculares con el corazón encogido y sin respirar porque cualquier cosa puede pasar.

Un ejemplo de todo esto se encuentra en la rugosa y robótica 'Wounder', una pastosa apisonadora que revela la sabiduría del músico a la hora de seleccionar sonidos, tratarlos y ordenarlos. Poco es mucho. A Burial le das una piedra y un palo y se entretiene toda la tarde.

http://www.youtube.com/watch?v=IhmAi5aND8E

El universo de Burial es agresivo, misterioso, frío ( 'Southern comfort', 'Spaceape'), es un perro de pelea enseñándote los dientes. Sólo se deja habitar en diversos tramos, como en 'Night Bus', un remanso de paz y sueño que sin embargo no logra iluminar la incertidumbre ni calmar el desasosiego.

Todo es tensión en casa de Burial (que significa entierro, por cierto). En la inicial 'Distant lights' las hondísimas bases rítmicas suenan a navajas, a casquillos de bala, y sus drones se levantan como amenazantes abismos.

Cada tema es un mundo en sí mismo, pero todo gira alrededor de un epicentro en la misma galaxia. Y aunque aquí dentro llueve y hace frío, la belleza es infinita. Da tanto, que parece un disco hecho a lo largo de los últimos cien años.

'U hurt me', desgarradora a mitad de disco, de un romanticismo aterrador y sorprendiendo con nuevos sonidos, es de las pocas en las que utiliza esas voces psicodélicas y preñadas de efectos tan típicas del 'dub'. En 'Untrue', su segundo disco, abusaría de ellas, convirtiéndolo en un álbum de canciones mucho más previsible y menos variado.

Pues ese es Burial. Supongo que no es la banda sonora típica para un verano, pero fue mi verano.

Aunque en realidad corren tiempos donde atrae más meterse en un batiscafo para inspeccionar las profundidades de la mano de Burial que surfear las olas con las melodías de los Beach Boys de fondo.

Y no me refiero necesariamente a la huelga.

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