El detonador

Coti, el rockero más generoso

Es curioso lo de Coti Sorokin. Un enigma. No lo acabo de comprender. ¿El qué? Que un músico que participó en las sesiones del catedralicio 'Honestidad brutal', de Andrés Calamaro, y que co-escribió algunos de los mejores temas de los últimos discos de Julieta Venegas -la mexicana, como ya he dicho en algún post anterior, me parece de lo poco salvable de la radiofórmula en el siglo XXI-, luego haga discos tan malos. Sólo se me ocurre una cosa: es un tipo muy generoso y da lo mejor de sí en los discos de otros.

Coti Sorokin es un artista de cuatro canciones y poco más, aunque se nos intente vender como alguien que está labrándose una carrera discográfica con sentido y en crecimiento. Es más, intuyo que su éxito será pasajero, fruto de una canción resultona como 'Nada de esto fue un error'. No calará en el público, como les ha ocurrido a tantos otros (me viene a la mente un concierto de Jarabe de Palo en 2003, con la sala La Riviera de Madrid medio vacía, todo bastante triste).

Luego, su visión de lo musical me parece tibia. En una entrevista dijo que su álbum en directo lo había grabado en un plató con público para poder repetir las tomas que salieran mal. ¿Y eso se puede considerar un directo? Por no hablar de sus comentarios sobre la piratería: "Yo creo que la piratería sí es un delito, es como robar un coche. Yo no le doy más valor a un coche que a un disco; yo un coche me lo paso por el culo". Así, con delicadeza.

Su nuevo disco se llama 'Malditas canciones'. Es duro decirlo, pero también obligado: esto no hay quién lo salve. Lo escucho por segunda vez y me doy cuenta del error en el título de este post: Coti no es el rockero más generoso, sino el POPERO más generoso. 'Ya pasó', el segundo tema, parece escrito para Paulina Rubio, mientras que 'Nunca tendré', primer single del disco, le pegaría más a El Sueño de Morfeo (que, por cierto, amenazan con nuevo disco para mayo).

Una vez reconocido el corazón popero del rockero Coti, hay que ser justos: atina a la hora de fabricar algún que otro estribillo agraciado (sobre todo para sonar a todas horas en la radio, aunque él niegue la mayor).

Pero un par de melodías pegadizas no sostienen un álbum entero, sobre todo al lado de medianías como 'Perdóname' o 'Tanta magia', dos baladas con textos inofensivos, interpretación plana y melodías bastante pastelosas.

En 'Jugando con vos', cantada a pachas con Pereza y Sidonie, uno se entera que Coti no tuvo suficiente con saquear el estilo de Andrés Calamaro. Ahora le mete mano a otro Rodríguez: Ariel Rot.

'Comer tu boca' tiene un cálido ritmo country, pero la letra y las ganas de echar a correr llegan al mismo tiempo:

"Pero pienso, pienso, pienso, pienso
y pienso en el momento de comer tu boca,
y todo este tiempo toda espera me parece poca".

Toma ya. No es la única rima fácil: poco antes unió "espera" con "desespera". ¿Para qué esforzarse, verdad? Al menos, Calamaro reconoció que algunas canciones las compuso con un diccionario en la mano.

Todo esto no hará que nos libremos de Coti en las próximas semanas. Quizás en esta ocasión no llegue al verano, pero será difícil evitar la onda expansiva de sus tonadas descafeinadas. Como dijo su compatriota Juana Molina: "Sálvese quién pueda".

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