El detonador

Y la industria petó

vibracuiones.jpgHa llegado a mis manos uno de los primeros ejemplares de la revista 'Vibraciones' (no es el que veis a la izquierda), precursora en los años 70 de las publicaciones musicales que existen hoy en España. Me ha llamado la atención una carta de un lector, que firma como Garzia desde Barcelona. Estamos en 1974 y se queja enérgicamente del descuido y la falta de profesionalidad con el que la industria discográfica española edita los álbumes:

"Señores, con este sistema no vamos a ningún lado. O se edita bien o no se edita. La edición de álbumes incompletos (la lista sería interminable) nos deja a dos velas y la omisión de la discografía anterior constituye una clara demostración del afán comercialista que forma la meta de estos manejos".

Poco después, continúa:

"Me parece cachondísimo editar todo lo que sale, pero me parecería más cachondo aún el situar los precios a un nivel más asequible (jua, jua, oigo las risas desde aquí), porque el bolsillo del honorable miembro de la Joven Generación no da para tanto".

Y concluye:

"Mañana van a salir sin duda cuatro o cinco novísimas ediciones, el chollo va a seguir funcionando y los precios subiendo; los stocks sobrantes se quemarán (digo yo) para no abaratar el producto. Yo, repito, me resigno y espero que algún día "pete" este sistema de vender música".

Todo esto ocurría en 1974, época en la que una pueblerina industria discográfica española empezaba su meteórico y avaricioso camino hacia el éxito. Como se suele decir, quién mal empieza, mal acaba.

Allá donde estés: petó, amigo Garzia, petó.

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