El mapa del mundo

Cirujanos con menos pedigrí

Amos Oz suele decir que el mayor obstáculo para la paz entre israelíes y palestinos es la cobardía de los cirujanos. Si Rabin, Peres y Arafat hubieran alcanzado un acuerdo similar al de Annapolis, con el compromiso de llegar a un acuerdo definitivo en un año, es posible que hubieran terminado mereciendo de verdad el premio Nobel que al final recibieron injustamente. Pero decidieron dilatar todos los plazos para no tener que dar el último paso.

Lo malo es que los cirujanos actuales (Olmert y Abás) parecen más unos curanderos que unos médicos titulados. No sabemos si están en condiciones de manejar el bisturí o si acabarán por matar al paciente. De lo que sí estamos seguros es que su crédito en sus respectivas sociedades está bajos mínimos.

Muchos palestinos ven a Abás como un dirigente vulnerable a cualquier presión israelí, casi un traidor. Muchos israelíes ven a Olmert como un político incapaz de llevar a buen puerto ninguna iniciativa, alguien que vive en la sombra de Sharon sin contar con su carisma.

Nada en el texto aprobado ayer nos dice cuáles son sus posibilidades de éxito. Son las mismas buenas palabras de siempre. ¿Cuál es el precio que tendrá que pagar cada pueblo por alcanzar la paz? ¿A qué tendrán que renunciar?

Sólo los necios piensan que la paz es gratis.

Iñigo Sáenz de Ugarte 

Más Noticias