El mapa del mundo

Marcos de referencia

Los días 16 y 17 de mayo se celebrará en Lima la V Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y la Unión Europea. 44 mandatarios que hablarán de desarrollo sostenible y otras cuestiones con su correspondiente reunión empresarial paralela y las contracumbres de rigor. En principio no habrá nada nuevo. Pequeños avances, referencias al famoso TLC bilateral y, en lo tocante al universo alternativo, defensas a ultranza de Castro y Chávez o del presidente iraní, según toque.

Como siempre, la realidad es más rápida que nosotros. La caída del muro de Berlín despejó el panorama en un sentido indiscutible: no hay solución para ninguno de los grandes problemas si no establecemos leyes y marcos internacionales adecuados. Veinte años después, todas las instituciones supranacionales se enfrentan a un escepticismo lógico, desde la ONU hasta la propia UE. Pero el margen de maniobra será escaso mientras banqueros y empresarios mantengan un proyecto y una visión global más común que la de sindicatos y partidos de izquierda.

Hace unos años, cierto sindicalista latinoamericano me expresaba su alegría por el cierre de una empresa en España y el despido de los trabajadores. Como la trasladaban a un país de gorritos indigenistas, debía ser bueno. Con el tiempo, la empresa se marchó a un lugar de salarios aún más bajos y derechos más inexistentes. No sé qué habrá sido de aquel individuo, típico nacionalista de la región, pero es hora de aprender que no hay norte y sur sino ricos y pobres.

Jesús Gómez 

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