El mapa del mundo

La impaciencia contenida

Julio es mes de revoluciones. El 26 de este mes, ha hecho 55 años del ataque al Cuartel de Moncada, en Santiago de Cuba. En aquella ocasión, se encontraba su hermano Raúl, con 22 años. Raúl siempre tuvo un complejo frente a su hermano. Fidel terminó sus estudios de derecho y se presentaba a las elecciones de 1952 cuando Fulgencio Batista dió su golpe de Estado.

Los estudios de Raúl no fueron brillantes. Carecía del carisma de Fidel. En Sierra Maestra, donde los conocí durante cuatro meses, Raul pensaba en un cambio social, tras haber conocido, en Praga, el comunismo en un encuentro internacional de juventudes. Su pragmatismo y los elementos comunistas de Sierra Maestra, impusieron su doctrina después de la victoria. Un Fidel poco dado a la ideología, tuvo que adaptarse a ello.

Raúl construyó el ejército más poderoso de América Latina y, al ver la caída de la URSS y sus aliados, empezó a convertir a los mandos militares en gestores de empresas. Envió a varios generales a escuelas de negocios capitalistas.

Hoy hace un año que recibió de su hermano y de la Asamblea Nacional, la presidencia de Cuba, debido a la grave enfermedad de su hermano. Tímidamente inició reformas para acercarse al sistema de mercado libre. No contaba con la presencia de Fidel en las páginas del Granma, reclamando el respeto a la ortodoxia comunista. Frenazo en el discurso del 26 de julio. La muerte de Fidel es lo que finalmente puede descubrir al Raúl reformador.

Enrique Meneses

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