El mapa del mundo

Vaticinios arrogantes

Lo más saludable del ejercicio premonitorio del NIC es comprobar cuánto se equivocaron en el pasado los gobernantes mundiales. Aunque no cabe esperar que se apliquen esta lección de humildad.

Hace sólo cuatro años, el informe del NIC vaticinaba la continuidad de  la supremacía mundial estadounidense, asumía un crecimiento económico global sostenido en la abundancia de recursos energéticos, y mantenía que el mayor desafío de EEUU sería el terrorismo internacional. Ni una mención al cambio climático, a la escasez de materias primas ni a las crisis del agua potable y los alimentos que ahora atenazan al planeta.

Si tanto han errado en un plazo de cuatro años, ¿cómo podemos fiarnos de sus augurios para dentro de 17?

Empero, muchas de sus predicciones actuales se corresponden plenamente con lo que ya era previsible en el inicio del segundo mandato de Bush: la arrogancia de su política internacional basada en el unilateralismo militarista estaba condenada al fracaso y su american way of life no era el futuro de la humanidad, sino lo que las potencias emergentes arrinconarían como algo del pasado.

Lo que sí es ineludible es que, en 2025, el mundo tendrá que haber encontrado la alternativa a los hidrocarburos y la forma de alimentar (y dar de beber) a 8.000 millones de personas.
El recambio de Obama era sin duda imprescindible para al menos soñar con afrontar esos desafíos. Pero nada indica que vaya a ser suficiente.

Carlos Enrique Bayo

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