El mapa del mundo

Confidencial trece años

La Comisión Europea plantea una nueva propuesta de medidas para neutralizar la amenaza terrorista que merece toda nuestra atención, y haremos bien en ser exigentes por dos razones. La primera es que son intentos de construir políticas de respuesta a una amenaza que a estas alturas nadie se toma a la ligera, la geografía de los ataques terroristas de Al Qaeda va desde Marruecos hasta Indonesia, pasando por Nueva York, Londres, Madrid, y toda una serie de países en los que Al Qaeda ha reclutado y ha provocado muchas víctimas.

Pero ello no debe limitar nuestro deber de exigencia ciudadana frente algunas de las medidas propuestas. Una vez más se centran en almacenar muchos datos personales de todo viajero que entre o salga de la UE. Que se almacenarán durante trece años (ni diez ni quince: trece, seguramente para que la medida parezca científica). Y que viajen en avión. ¿Por qué sólo en avión? ¿No se entra y sale de la UE en tren, en coche, a pie, en autobús de línea, en barcos y barcas? ¿Y no se aglomera la gente por millares en las salas de facturación de nuestros absurdos mega-aeropuertos europeos, antes de cualquier asomo de control de seguridad? Pero si la comisión todavía tiene que justificar, ante nosotros y ante los tenaces europarlamentarios que han intentado saber más, el por qué de las botellitas de 100ml, el documento al que han tenido acceso y fundamenta la absurda batería de medidas de hace un año, dice que la información en que se basó la Comisión es... confidencial.

Pere Vilanova 

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