El mapa del mundo

Tirana, cara y cruz

En Tirana los cortes de luz y de agua son constantes. Poner una lavadora es un desafío en la capital de Albania. La ciudad contaba a finales de 2006 con 600.339 habitantes, cifra que engorda hasta casi 900.000 si contamos la aglomeración urbana que se está formando a su alrededor. El suministro energético sigue siendo tan precario porque la demanda crece a gran velocidad en un país donde la única fuente de energía es hidráulica. El gobierno estudia introducir energías alternativas y la nuclear, pero los planes están bastante verdes.

Cuando el sistema comunista empezó a desmantelarse hace diecisiete años, muchos habitantes del pobrísimo noreste del país bajaron de las montañas y fueron agrandando con nuevas construcciones los alrededores de la capital. En el país que albergó el régimen comunista más hermético de toda Europa del este, la tierra no era propiedad de nadie. Sólo había que escoger un pedazo de tierra y empezar a amontonar ladrillos. Las cosas siguen funcionando así también en el tramo que une Tirana con la ciudad portuaria de Dürres. Primero se construye, y luego el gobierno legaliza. No hay otra opción.

"El crimen organizado sigue siendo un problema grave en Albania". Lo dice el último informe de Bruselas sobre los progresos del país para ingresar un día en la UE. De momento, Albania tiene firmado con Bruselas desde el pasado diciembre un acuerdo de asociación y estabilización. La policía ha mejorado su equipamiento táctico e investigativo para resolver crímenes, y funciona con menos problemas la colaboración con la Interpol. En el último año se han confiscado arsenales robados al ejército en 1997. Ha habido alguna mejora en la lucha contra el tráfico de personas, que ahora está penado explícitamente, pero Albania sigue siendo un importante territorio de tránsito para esta actividad criminal.

El periodista británico David Southwell, asesor de Scotland Yard y los servicios secretos de su país desde hace seis años, explica en su historia del crimen organizado que la guerra de la antigua Yugoslavia cortó una de las principales rutas de tránsito de heroína hacia Europa occidental. La mafia siciliana tardó poco en advertir que la incontrolada Albania era perfecta como nuevo país de tránsito de droga, y buscó colegas albaneses. Pero éstos no se dieron por satisfechos con su papel de "socios menores" de los sicilianos, y se convirtieron pronto en lo que la Policía europea conoce hoy como "mafia albanesa".

Southwell explica que esta nueva mafia no se conformó con los negocios tradicionales (en 1999 controlaba ya el 60 por ciento de todo el tráfico de heroína en Europa), sino que empezó a invertir sus beneficios de la droga en negocios políticos, financiando por ejemplo al Ejército de Liberación de Kosovo (UÇK). La mafia albanesa aventó la guerra de Kosovo en 1999 porque vio la oportunidad de hacer negocio con los miles de desplazados y con el tráfico de armas.

La provincia serbia de Kosovo, con un 90 por ciento de población albanesa, está administrada por la ONU desde que las bombas sobre Belgrado acabaran con el conflicto. Southwell afirma que la mafia albanesa ha sido para las corruptas administraciones de la ONU y de la OTAN algo así como un socio. Vehículos de la OTAN empezaron a usarse para el tráfico de armas, y funcionarios de la ONU colaboraron en el tráfico de mujeres y niños.

Pobreza, mafia, corrupción. ¿Pero es todo así en Albania? Por supuesto que no. Si bien la cultura política deja mucho que desear (ya han pasado diez años desde que un diputado matara a tiros a otro en el Parlamento, pero el suceso sigue siendo elocuente), algún personaje y algunas organizaciones civiles dejan lugar para la esperanza. Boiken Abazi, por ejemplo, es "director de operaciones" del movimiento "Mjaft!", palabra que significa "¡basta!". Basta de tópicos, basta de crimen, basta de hablar sólo mal del país, ésa es la intención del nombre. "Mjaft!" no es una asociación juvenil de barrio. Se fundó hace cinco años y cuenta con diez oficinas en todo el país que emplean a 40 personas a tiempo completo, además de 7.000 simpatizantes activos. Abazi enumera sin dudar sus objetivos: "Rehabilitar el sentido de la protesta, impulsar a la gente joven y rehabilitar la imagen de Albania en el interior y en el extranjero".

Si falta luz, "Mjaft!" salta a la calle para pedir a los políticos que lo arreglen ya. Si se descubre un caso de corrupción flagrante, para que dimita el responsable. Si Kosovo quiere ser independiente, "Mjaft!" no cae en la tentación de explayarse en retórica nacionalista, sino que organiza debates, sus colaboradores dan entrevistas, hablan y escuchan en discusiones públicas, fortalecen la sociedad civil. Están consiguiendo que la gente no se resigne a la excusa de "bueno, esto es Albania" cuando algo no funciona.

El movimiento cuenta con el apoyo de Edi Rama, presidente del partido socialdemócrata del país y alcalde de Tirana. Edi Rama tuvo una idea genial. Como es artista, se le ocurrió que el color podría servir para crear un vínculo emocional entre los tiraneses y su ciudad. ¿El color? Sí, el color, en las fachadas, en las calles, en todas partes. Muchas construcciones del centro de la ciudad lucen colorines vistosos con los que Rama ha conseguido dar carpetazo al gris polvoriento de la arquitectura estalinista. "Tuve que abrirme paso entre el humo y los burócratas con un presupuesto de nada coma algo", cuenta.

Su despacho en el Ayuntamiento de Tirana es un derroche de color y fantasía. En toda la pared luce una reproducción panorámica de la ciudad en tono sepia-anaranjado. El escritorio está lleno de rotuladores y lápices de colores. El techo es versallesco. Eso sí, en el baño contiguo no se puede tirar de la cadena porque no hay agua, así que hay que usar un cubo. Tirana es así.

Edi Rama tiene muchos enemigos. En 1997 le dieron una paliza de campeonato que le mantuvo en el hospital durante semanas. Emigró a París. Dicen que Sali Berisha, el actual primer ministro, pudo estar detrás de la agresión. Pero Edi Rama evita criticar a sus enemigos y desmiente que las dos tortugas que posee se llamen Sali y Fatos. (Fatos Nano, varias veces primer ministro, es uno de sus rivales dentro del partido socialista). Tampoco es cierto, asegura, que sea partidario de la monarquía. Lo pomposo de su despacho habrá dado a sus enemigos la idea de extender el rumor, que ha llegado hasta la entrada sobre el alcalde en Wikipedia.

Rama fue elegido por sus colegas de todo el mundo "mejor alcalde de 2004" en una encuesta en Internet, por delante de Manuel Andrés López Obrador (México DF) y Walter Veltroni (Roma). Fue reelegido al frente del Consistorio en febrero pasado. Sigue sin haber agua y luz suficiente, pero la ciudad es segura y animada. La vida nocturna del distrito de Blocu, antiguo barrio de lujo estalinista al que bajo el comunismo sólo podían acceder los funcionarios del Partido, se parece mucho a la de cualquier ciudad italiana del sur. A menudo los cortes de luz son breves, y en pocos minutos la música vuelve a sonar.

Guillem Sans Mora

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