el pingue

Y tú, ¿qué congreso gastronómico quieres?

A saco. Así me parece que se ha entrado en el tema congresos y especialmente en el organizado por José Carlos Capel, Madrid Fusión 2012. No he asistido así que he hecho una media de entre todas las críticas leídas, los tuits y las crónicas de algunos blogs. Me sale suspenso. Claro, suspenso a toro pasado, no suspenso me voy del sarao y me han visto el pelo.

Efectivamente, todos apelan a los congresistas que abonan reglamentariamente la entrada y que ven cómo su dinero no paga un evento acorde a sus expectativas, ¿o sí? Pues como en todos, imagino que contarán la feria tal y como les haya ido. La primera pregunta que me surge es, ¿hay que pagar por un congreso en el que asistentes a un auditorio subvencionado ven a unos cocineros explicando sus cosas con una cocina en el centro? Tengo dudas. Sin embargo, ¿se podría pagar por talleres en los que se interactuara con el congresista? Yo creo que sí, es más, yo pagaría al cocinero también.

Los congresos gastronómicos de pago tienen los días contados. Poca gente, en su sano juicio, puede abonar el parné por asistir a una especie de conferencias donde tan sólo se habla de platos, alguna que otra técnica propia o ajena, y si hay suerte lo pruebas, como sucede en SSG. Si son profesionales, supongo, que lo que se pretenderá al pagar es vivir la experiencia de elaborar esos platos. Por ésto, repito, sí hay que pagar.

Hace tiempo que no acudo a eventos, unas veces porque no tenía tiempo, las más porque no me apetecía a pesar de tener la suerte de poder contar con una acreditación, otras ..... Aún así, y ya termino con lo del dinero, creo que los organizadores no son conscientes que cuatrocientos euros más alojamiento y viaje por tres días es un disparate para la economía de un trabajador de la hostelería.

Por otro lado no veo que los congresos y sus organizadores pongan en valor la redes sociales. Me explico: si tienes perfiles en redes sociales, ¿por qué no aprovechas para sondear opiniones, para proponer, para admitir porpuestas, para tener la visión del congresista y del aficionado de a pie? ¿O es que no es tu target?

Hace unos días alguien colgó el twitter -disculpas a quien lo hizo porque no sé quién fue- una de las charlas de TED. No conocía este formato pero deberían adoptarlo sin demora los congresos gastronómicos de este país. La gente que acude y habla durante menos de 20 minutos lo hace porque tiene una idea, no es revolucionaria quizá, o sí, pero lo que  posee es un carácter único que da valor añadido a la disciplina de la que se habla.

¿Y si los cocineros, campesinos, pescadores, ganaderos, panaderos, vinateros, gente de sala, pidiera vez en un escenario para hablar de SU idea, para compartir sus avances, sus sospechas, sus logros, sus fracasos, su realidad? Eso sí sería interesante. Nada de cocina en el escenario, solo el individuo con una pantalla y un micrófono. Las cocinas humeantes en salas anexas, rodeadas de gentes que han pagado y quieren ver y testear lo que la estrella invitada lleva preparado.

Durante un año asistí a todos, excepto a Alicante. A algunos me invitó la organización y se lo agradezco. Terminé extenuado de las mismas ponencias, los mismos vídeos, las mismas caras. Si os soy sincero, nunca más volveré a pagar por un congreso. Sin duda lo haré por un taller.

Se me ocurren formatos de congresos pero ya en otra ocasión. Por hoy ya he devaneado suficiente, rallando la pesadez.

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