el pingue

Tengo un amigo, bueno, tengo varios amigos...

Tengo un amigo que me pide que investigue.

- "¿Investigar qué, querido?", respondo

-"Pues resulta que, mientras estabas tirado en mitad de una nevada en Alar del Rey, Adrià se tiraba al micro del congreso LMG y apoyaba sin tapujos a Hilario Arbelaitz y a su equipo, algo que en principio no hicieron en público ninguno de los otros tres estrellas que allí estaban."

-"¿Qué me dices?", contesté con los ojos a lo Louis Amstrong. "Se lo dirían en privado", contesté.

-"Lo que te cuento. ¿Pero tú dónde andas?", me increpó.

-"Bueno hombre, pues dando el callo"

-"¡Ah! Y me cuentan que había muy poquita gente pagando"

-"Bueno es que los cuatro días de congreso con estancia y manutención se te pone en un pico...." , respondo con cadencia FEVE.

-"Eso sí. No sé qué va a suceder en los demás congresos"

-"Bueno, algo de esto he leído a Javi Antoja en su blog", contesto para quitar yerro al asunto.

-"Te dejo que estoy a punto de entrar. Tengo el comedor repleto de cenas de empresa". ¡Joder qué suerte! Pienso.

-"Un abrazo".

 Leo en 7Caníbales que Adrià se mostró a disgusto con la Michelín por no tomarse en serio a España, gastronómicamente hablando. Leo también que Ansón, el gastrónomo, vindicó la importancia de la Academia Española de Gastronomía, ya que es la única a la que se le aplica lo de Real, es decir, ahora ya, por gracia del Rey Juan Carlos Iº, es Real Academia Española de Gastronomía. Pues qué bien.

Lo mejor es que tengo otro amigo, de esos que empezaron hace años contigo que me cuenta que la Michelín estuvo a punto de quitar una estrella a un "tres" pero que, se rumorea, "se cortaron" porque esto sería la puntilla anticipada a la famosa guía que vino de Francia.

¿Y yo que pienso que la guía está ya tocando fondo y que ha de aplicar el dicho "renovarse o morir"?

A veces no sé si son mis amigos o mis enemigos. No sé si me cuentan estas cosas para que me sitúe en el mundo gastronómico porque piensan que estoy fuera. ¿Y si lo que quisieran es que contara lo que ellos quieren para buscarme la ruína? ¿Y si en realidad son infiltrados? ¿O trolls telefónicos? ¿O reales miembros y miembras de la RAEG? ¿Y si son amigos del visitador de restaurantes que el otro día se presentó en un local de la Ciudad Condal .......?

¡Qué lío! Menos mal que siempre nos quedará la canción de Serrat en la que dice:

"Mis amigos son gente cumplidora
que acuden cuando saben que yo espero,
si les roza la muerte disimulan,
para ellos la amistad es lo primero."

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