el pingue

A por el lechazo a Sinde

Veo un anuncio en la televisión en el que un argentino nos enmienda la plana diciendo que los españoles lo dejamos todo para el último momento. Pues va a tener razón el muchacho. Ayer me dirigía a por el lechazo a primera hora de la mañana, después de sortear unas cuantas vueltas para aparcar la ranchera, cuando me di cuenta que no era lo suficientemente pronto. El Mercado del Val, del que soy asiduo, estaba "a reventar". No sabía si es que estaba el Duque o simplemente que el rey era el jovenzuelo cordero. Me incliné por lo segundo al comprobar que tenía 30 números por delante para comprar uno de los estupendos lechazos que venden en Sinde, la mejor tienda de ovino de este país sin duda.

Ante tal avalancha de gente ansiosa por hacer las compras el último día, me incliné por hacer lo "propio": encasquetar el mandado a mi sufrida madre. ¡Ya que iba a ir!. Total, lo demás ya lo tengo: agua, sal y horno.

Si alguien me pidiera una absoluta referencia, el "hi-end" del lechal, sin duda le diría que se acercara o que pidiera en su web uno de los extraordinarios productos que tienen en su no menos espectacular mostrador. Lo que sí hablaré otro día con ellos, si llego a la poyata, es de la nueva marca de garantía Lechazo de la meseta castellano leonesa.

Pero de eso hablaremos después de las navidades. Por lo pronto hoy me voy a visitar bodegas. ¡A por vino!

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