La mirada del turista accidental, aunque vocacional, es siempre sesgada, llena de suposiciones, mal informada y en ocasiones llena de infecta chulería. Es aquella mirada que parece salida de una canción de La Lupe: "Teatro".

En el fondo todos nos parecen vivir más atrasadamente que en nuestras sociedades aunque eso sí, nosotros estamos ahí para redimirles de sus pecados pasados y de su ignorancia, a criterio nuestro, supina.

Mi viaje a Rusia rodeado de buena gente no ha sido suficiente para salir de la burbuja en la que habito como "dominguero del siglo XXI",quien en vez de ir al pinar cercano agarra un vuelo low cost y se planta en cinco horas en sitios tan fascinantes y llenos de encanto como San Petesburgo y Moscú.....

A veces, mientras paseábamos por  los alrededores de las ciudades entre bosques de abedules y palacios de interiores abarrotados de oro, tuvimos la sensación de vivir en la época de las novelas de Tolstoi, aunque los caballos hayan cambiado y ahora vayan debajo del capó de los coches que abarrotan y atascan las ciudades.

Aquellos que se veían en la televisión, mezcla de Seat 124 y seiscientos con maletero, dejan paso a vehículos "a la moda occidental", tan ostentosos como los que lo son aquí, tan sucios como uno se pueda imaginar.....

El metro es profundo, amplio, amarmolado, sobrio y repleto de gentes que acceden y descienden de los vagones con prisa, serios, ataviados con ropas oscuras de abrigo, sin apenas concesiones al color, éste ya lo ponen las cúpulas y torres de las iglesias, también las fachadas de los antiguos palacios.

Turismo interior, rusos que viajan a sus capitales emblemáticas disparando foto tras foto sin cesar, posando para cada instante, como si de un book de moda se tratase.

Camiones de Coca-Cola que surcan patios del Kremlin, cadenas americanas de hamburguesas que venden felicidad enlatada, casetas dedicadas a retretes vigiladas por ancianas -como los museos- que a partir de los cincuenta y ellos de los sesenta se jubilan y han de ingresar "algo más".

Pasando cerca del antiguo KGB aún creo oír susurros, cajones metálicos cerrarse, taconazos, y siento que en el fondo todo es producto de mi iamginación. Quizá es cierto, todo es parte de la canción : "...teatro, lo tuyo es puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro"