Asisto a un curso-demostración  de Chocovic. Al frente del mismo Rubén Álvarez. Tartas, masas, bombones, postres individuales. Salón del Hotel Europa de Magaz, Palencia, a rebosar. Horario a caballo entre un servicio y otro, quizá  justo antes de acostarse para ponerse en pie muy de madrugada y arrancar el obrador.

Hasta aquí algo normal, o no tanto. ¿Una empresa y un distribuidor dando valor añadido a su producto? ¿Formación gratuita?¿Gradísimo profesional a los mandos de la ponencia? Todo un lujo que mantiene a Chocovic como la chocolatera que más vende en este país. Eso son datos. Y algo más, una empresa que dispone de un aula en la que da formación continua, de calidad, desde hace muchos años.

Pero yo fui por asistir a una clase magistral de alguien que está llamado a ser uno de los grandes pasteleros de este país, sin concesiones. Humildad, buen divulgador y pasión. Además bloguero. Blog revelación, para mí, y tan trabajado que uno, a veces, siente vergüenza. Rubén Álvarez trabaja con la vanguardia por bandera, creativo hasta en los detalles nimios, calidad y claridad en todas las propuestas. Chocovic sabe que tiene oro molido en sus filas, no me cabe duda.

Hablo así no porque haya salido de él la invitación, hablo así porque -quizá soy el último en enterarme- veo una nueva generación de pasteleros que va a dar alegrías  al paladar sin cesar. Este "jovenzuelo", maduro y de mirada traviesa, ve donde los demás no vemos y apunta con el dedo para que no nos perdamos detalle del futuro. Quedáos con su "careto".

Para muestra un botón: creatividad, packaging, sabor, olor,....... Una suerte y un acierto por parte de la empresa. Producto más valor añadido: éxito asegurado.