El hijo pequeño de la familia americana sentada al lado de nosostros sonríe.  Vuelve con los carrillos sonrosados y en sus manos porta un delantal de Mugaritz. Un recuerdo, quizá un anhelo, posiblemente el programa de mano de la representación que acaba de presenciar y en la que ha sido invitado a participar.

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"La disciplina es la parte más importante del éxito". Truman Capote

Soy un descreído. Mi manual dice que el discurso es tramposo y obsceno, lleno de impostura. Un plato no se explica, tampoco se entiende, se siente. Hablar de sentimientos es cursi, es, por qué no decirlo, otro discurso trasnochado, ñoño, aderezado con una pizca de inmadurez..... En la página número dos dice: "Si hay pasión se ha de notar".

Canturreaba el corrido mexicano "..después me dijo un arriero, que no hay que llegar primero pero hay que saber llegar",  escribía mentalmente mi crónica mientras volvía a mi amarilla tierra y notaba cómo dejaba algo de mí en aquella otra verde. Dejaba prejuicios hacia una cocina que nunca había visitado y sólo había visto en escenarios, en pantalla, en papel; me reencontraba con la que creía perdida, refugiada por maltrato o por las circunstancias: vanguardia.

La mirada lo dice casi todo. Es posible ver el estado de ánimo, la duda, el rechazo, el escrutinio  y en este caso algo más allá de lo que se verbaliza. Todo va acompasado y en realidad "no sucede nada", porque nada está por encima de otra, la razón es el conjunto.

Piedras, carnes, vetas, semillas, rarezas, tierra, recuerdo. Vida, como la que rebosa el imponente roble, como la que sucede en una cocina donde todo es medido y mesurado, donde el orden es un ingrediente y "el producto la herramienta".

Proyecto, porque todo para Andoni Luis Aduriz es un camino creativo, en el que "lo más importante" siempre es lo primero, el paso inicial que hay que dar para arrancar el par de fuerza de Oteiza y que éste nunca pare.

"Todas las personas tienen la disposición de trabajar creativamente. Lo que sucede es que la mayoría jamás lo nota". Truman Capote, de nuevo.

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Aún mantengo las manos abrazando la loza caliente que viene de cocina. La madre ha tornado la mirada de incrédula a agradecida. Aparentemente no se emociona pero creo que reconoce en aquel gesto el retorno de su esfuerzo. Cierro los ojos, giro la cabeza, sonrío y al ver de nuevo el plato.....

Gracias.